Capítulo 13 "Calor"

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- Y en la encimera dejé tu desayuno, no toques la cocina por favor. - Agnes se aseguró de que no tenga que usar la estufa, realmente soy un peligro.

- ¿Dónde estás?

- En una misión, es corta.

- Por favor cuídate.

No puedo hacer nada, si Agnes quiere trabajar de encubierto como zorra, no puedo hacer nada por ahora, intentaré hablar con ella lo más pueda, pero al ser oficial de la Armada, no importa si es menor de edad, automáticamente se vuelve mayor de edad, ya es una decisión de ella.

- Gracias...

Que fastidio, estar encerrada, no tengo misión, no me han asignado otra tarea que vigilar este edificio, y no ha pasado nada que pueda reportar, he esperado pacientemente a que ocurra algo, y nada, todo el edificio es sombrío, pero nada más, bastante tranquilo, aunque más bien pareciera que las personas no salen de sus departamentos por miedo...

¡Que hambre tengo!

Me dirijí a la cocina, tome entre mis manos un plato que pesaba, hice a un lado la campana que cubría el plato, era...un pastel enorme de queso, que extraño desayuno. Sentí debajo del plato un pedazo de papel, lo quité y lo revisé, era una nota.

"tiene nutrientes, come todo"

La letra de Agnes es tan elegante, trazos delgados y largos, es perfecta...

Creo que es demasiado pastel, es gigante, pero mi hambre no distingue tamaños, es extraño, siento muchísima hambre, y ayer cené pesado, no lo entiendo.

Hay silencio, de vez en cuando se escucha a lo lejos uno que otro vehículo pasar, el sonido es relajante, el departamento lo he organizado de principio a fin y lo he limpiado hasta el cansancio intentando matar el tiempo, no puedo deprimirme, necesito fuerzas.

Asomada en la ventana de la sala que da hacia la ventana mientras doy grandes bocados al pastel suave de queso, puedo observar todo, este edificio está en la cima de una colina, una autopista en bajada termina al final perdiéndose entre los edificios y otros caminos de la ciudad.

Pasaron algunas horas, ahora veía la televisión de la sala, el noticiero comunicaba noticias escabrosas, el índice de criminalidad se había disparado, había desempleo y la economía estaba en latente riesgo, no puedo creer que en tan poco tiempo las cosas hayan empeorado tanto.

Siento un ardor en el estómago, tengo hambre, no lo entiendo, hace poco engullí una tarde de queso de 4 kilos yo sola.

Fui a la heladera, tomé una botella de yogurt natural, embutidos, queso, leche, jugo de fresa, mermeladas y de la alacena tome pan, galletas y cereal. En el sofá de la sala frente al televisor armé varios emparedados enormes de diversos rellenos, dulces y salados, daba grandes sorbos a la galera de leche y de jugo casi al mismo tiempo, que desesperación, en poco tiempo había terminado con todo y aunque había saciado bastante mi hambre, aún quedaba un hoyo en mi estómago por llenar.

Ya no hay manzanas, debo comprar todo lo que he gastado.

Supongo que siento tanta hambre por el incremento de fuerza, mi piel puede hacerse tan dura como el acero cuando quiera, soy más fuerte y la regeneración que puedo usar en mi, consume muchísima energía, pero solo en este momento he sentido está necesidad tan intensa de comer.

No debe hacer calor, de ninguna manera, hay nieve a granel por todos lados, pero siento mi piel tibia, es desagradable...

Para intentar calmar mi hambre, quise darme una ducha helada, el agua es tan fría que por instantes mi piel se torna azúl, pero se siente tan bien. Preparé la bañera con agua helada y vertí en ellas todas las bandejas con cubos de hielo que encontré en el refrigerador, y me sumergí.

Lirios Rojos赤いユリ [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora