~14~ Sobrina

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Un pelaje cubrió mi panorama e  inundó su olor en mi nariz, una niña y un perro. Este olor me lleno de paz, mi herida ya no dejaba de sangrar y la vista progresivamente se nublaba.

Saltándome lo que me había salvado caí de rodillas, la mancha de la silueta se movía, teniendo la forma de un... ¿Gato?

—"Hola Rin"— Habló pero mis oídos fallaron distorsionando la voz, me sonaba tan familiar, tan a el.

Si tan solo ese día fuera diferente no estaría lejos de el, seguramente lo lastime mucho, cuando olí el olor a sal en la tumba que era supuestamente mia me sentía fatal.

—"Rin, estoy aquí"— Decía, se me acercó golpeándome la cabeza con fuerza produciendo que fuera expulsado hacia atrás.

Me dolió, pero fue lo suficientemente para reaccionar, mis ojos se humedecieron y de todo dolor que sentía se convirtió en alegría.

—¿Kuro?— Pregunté sin creerme que esto era real, el me sonrió y camino hacia mi. Me miró desde arriba escapándose sollozos.

Uniéndonos en un abrazo ignoramos nuestro alrededores, estaba tan feliz por esto, al menos el no me tiene miedo.

Nos separamos con lentitud y solté un risita nerviosa, la gente nos miraba extraño.

—¿Kuro puedes llevarme a casa?— Pregunte avergonzado, el me agarro de la ropa y me sacudió para arriba cayendo sobre su espalda. Deje escapar un quejido débil para no preocuparlo.

—"Perdón..."

—No pasa nada, ve.

Y salió saltando, me sujete de su lomo. Admito que me agarro sueño, mis heridas ya no dolian como antes es mas estaba relajado, extrañamente relajado...

Es igual que no sentir nada, como un objeto... Bueno no importa, ¿No es nada grave, verdad? Solo es como estoy, y eso no tiene la mínima atención.

Mis párpados se cerraron atándome otra vez en la oscuridad.

...

—Rin detrás, detrás...

—¿Quién eres?

—¿No lo sabes?

—No.

—Soy tu.

—Si tú eres yo...
¿Quién soy yo?

—...

...

—¡Kuro mátalo es un intruso, cuando papi llegue se enojara contigo!— Una voz súper chillona e infantil me interrumpió, abrí los ojos con lentitud para encontrarme con un perro negro que gruñía, pegue un salto por eso. —¡Kuro adónde vas!?

Ignorando de dónde provino ese comentario intente ubicarme, empuje al perro lejos de un solo movimiento, estaba en una sala muy amplia y refinada, me quede mirando con admiración los tonos de crema y marrón que se mezclaban.

—¡Chispita!— Suspirando me giré a ver ese niño que no paraba de chillar, era irritante.

Me quede sin palabras, cómo debo actuar ante esta situación, son idénticos.

Su cabello, sus ojos e imagen son iguales a la de Yukio.

Así que mi hermano tuvo una hija... No, es imposible.

I'm fine -Ao no exorcist Donde viven las historias. Descúbrelo ahora