PREFACIO

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Aún es de madrugada cuando escucho como algo golpea el cristal de mi ventana. Insegura, salgo de la cama y con precaución me asomo a través de las cortinas de terciopelo rojo. Sin embargo, del otro lado no observo nada más que una acera vacía cubierta de hojas secas. Confundida, doy la vuelta y entro al cuarto de baño antes de seguir durmiendo. Al volver a la habitación, un aire frío choca contra la piel desnuda de mis piernas y brazos. La ventana está abierta. Inmediatamente mis ojos recorren el interior del cuarto de pies a cabeza pero no noto nada extraño. Es entonces cuando una mano aparece y cubre mi boca para evitar que grite mientras que otra me sostiene por la cintura. Por inercia, intento alejarme de la persona que se encuentra detrás de mí pero su fuerza sobrepasa la mía, así que todo lo que hago es inútil. Como acto seguido, por la ventana abierta entran otros dos hombres con pasamontañas. Sin poder evitarlo, el pánico se apodera de mí.

-El general nos está esperando.- Habla uno de ellos.

¿El general?¿Quién diablos es el general?

Aterrorizada, muerdo la mano que cubre mi boca, provocando que el sujeto que está detrás de mí suelte una maldición y la retire. Es entonces cuando yo aprovecho para correr hasta la puerta, pero los otros dos hombres son más rápidos y me bloquean el paso antes de que yo alcance a llegar.

-¿A dónde vas bonita?-pregunta uno de ellos con voz sosa. Ante su cercanía, yo retroceso asustada. Mi boca se abre para gritar y pedir auxilio, pero no lo hago, ya que algo en las miradas frías de aquellos hombres me dicen que si grito, será peor.

-¿Quiénes son ustedes?-Cuestiono con la voz temblorosa.- ¿Qué quieren de mí?

-Tranquila bonita, trabajamos para el gobierno y hemos venido por ti- responde divertido el mismo hombre de antes.

-Cállate, no tenemos permitido decirle nada.- Le reprocha su compañero.

-Que más da, le borraran la memoria de todas formas.- Se defiende el primero.

¿¡Borrarme la memoria!?

-Así que mejor olvidate de tu noviecito por que no lo volverás a ver.- Se vuelve a burlar el hombre. Un escalofrío recorre mi cuerpo.

Están hablando de Rayan.

-¿Cómo saben que tengo novio?-pregunto aún más asustada.

-Te hemos estado vigilando.- Sonríe para mí, el hombre que hace unos segundos me mantenía callada. Él no lleva puesto nada sobre su rostro.

-Ustedes están locos. ¡Yo no soy a quién buscan, así que dejen en paz!

-¿No eres tú Alba Müller?

Su pregunta provoca que mis latidos se vuelvan más rápidos y continuos.

-¿Cómo saben mi nombre?

-Sabemos todo sobre ti. Y por favor ya no hagas más preguntas que nos estás retrasando.

El hombre termina de hablar y asiente hacia uno de sus compañeros. Éste capta la señal y camina hacia mí mientras que saca una jeringa de su bolsillo. Al estar lo suficientemente cerca, levanta el brazo y sin piedad alguna clava la punta metálica en mi cuello tan rápido, que ni siquiera me da tiempo de reaccionar. Cuando la retira, siento como el líquido viaja por mis venas, al mismo tiempo que los mareos se hacen presentes cuando el sedante empieza a hacer efecto en mi cuerpo. Seguros de que ahora ya no podré poner ninguna resistencia, el hombre sin pasamontañas se acerca a mí y con una facilidad increíble me levanta en el aire y me coloca sobre sus hombros, para luego salir de mi habitación por aquella maldita ventana.

-Llama al general. Dile que su proyecto 92209 va en camino.

PROYECTO 92209Donde viven las historias. Descúbrelo ahora