Su repentina aparición provoca que todos nuestros sentidos se pongan en máxima alerta al instante, pues no transcurre ni siquiera un segundo cuando los seis ya nos encontramos apuntando directamente a la cabeza de nuestros enemigos y viceversa. Sin embargo, pasan varios segundos y no sucede nada más allá de un severo intercambio de miradas retadoras, ya que ambos bandos permanecemos estáticos en espera del mínimo movimiento que nos obligue a atacar.
Entonces, mientras trato de descifrar sus intenciones y adivinar sus próximos movimientos; fugazmente recuerdo que el día que el General Girald me informó sobre ésta misión, mencionó algo acerca de que la policía local sabía que un grupo de terroristas estaba refugiado en éste lugar pero que aún no habían podido dar con su paradero.
Por eso, ahora resulta extraño que cuando nosotros llegamos, ellos simplemente salen de sus escondites, evitándonos la tarea de tener que buscarlos. Y todo eso sin olvidar que de antemano, han desaparecido al menos a todas las personas que viven en éste sector de Groundville.
Ellos ya estaban informados acerca de nuestra "visita".
Llegar a esa conclusión provoca que mis músculos se tensen aún más. Pero antes de poder siquiera pensarlo mejor, en ese momento un hombre alto y corpulento que reconozco de inmediato; baja de una de las camionetas blindadas que nos rodean. Su nombre es Nick Lewis y es la mente maestra detrás de cientos de ataques terroristas y demás operaciones ilegales, como tráfico de drogas. Por otro lado, los dos hombres que se bajan detrás de él, son sus escoltas y sus hombres más leales. Y todo esto lo sé, gracias a que hace unos días me tomé la molestia de revisar su expediente.
Y mientras mantengo esa información presente en mi cabeza, veo como los tres se abren paso entre el resto y caminan con pasos decididos hasta quedar a un par de metros frente a nosotros.
-Vaya, vaya, ¿qué tenemos aquí? -inquiere Nick cruzándose de brazos con una sonrisa. -Son la versión moderna de la Liga de La Justicia pero sin súper poderes ¿no?
Su comparación absurda, más allá de causar gracia, sólo sirve para confirmar lo que ya me temía.
"Tenemos un infiltrado".
-¿Decepcionado? -le pregunto divertida, intentando no delatar lo que pasa por mi cabeza.
Él abre la boca para responderme pero uno de sus escoltas lo interrumpe cuando se acerca para susurrarle algo en el oído. Desde mi posición, alcanzo a ver como su rostro se descompone y su expresión cambia dramáticamente al terminar de escucharlo.
-¿Estás seguro? -pregunta con desconfianza.
-Completamente señor -contesta el escolta.
-Bien, ya veremos eso después -dice, dando por zanjado el asunto.
En respuesta, su escolta asiente.
-Como usted diga, señor.
-Y acerca de tu pregunta Alba... En lo absoluto -admite con una sonrisa, mirándome desafiante. -Aunque en realidad, tú si tienes súper poderes ¿no es así?
Su comentario ahora es el que logra descomponer la expresión de mi rostro. Abro la boca para responder pero la sorpresa me impide formular algún argumento coherente.
-Eso creí -admite riendo, al ver que yo me he quedado muda.
Después, Nick da la media vuelta y se va junto con sus escoltas. Mientras lo veo alejarse, siento como la rabia se expande rápidamente por mi interior y mis deseos de jalar el gatillo y perforarle a cabeza aumentan a cada segundo. Sin embargo, éstos desisten cuando recuerdo que no me encuentro sola y que una reacción impulsiva como esa, podría costarnos la vida a todos.
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PROYECTO 92209
Science FictionMi nombre es Alba Müller, o al menos eso es lo que me dijeron los militares que me trajeron aquí hace algunos meses. Recuerdo que yo desperté desorientada aquel día, no sabía donde estaba, ni quiénes eran las personas que realizaban estudios sobre...