Capítulo 3

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La noche había caído rato antes pero Otabek no vio ni una sombra en su tiempo a solas.

El pestillo del cuarto estaba trabado desde afuera y saltar de la ventana no era una opción muy lógica. No cuando ese extraño pájaro que se llevó a JJ seguía afuera.

Sentía que su mente aún no lograba racionalizar lo que estaba viviendo y viviría muy pronto. Casi podía soñar que pronto volvería a su pequeña casa dónde encontraría a su hermano borracho, dónde podría sentarse a leer tranquilo algún libro.

El libro de cuentos, pensó. Lo tenía en la bolsa con otras pertenencias y se apresuró a tomarlo. Se tomó unos segundos para acariciar la tapa.

Arrastró su mano hasta el cuento del Rey Bestia. Ni siquiera eso podía consolarlo ahora que sabía que todo era más que un simple cuento.

Intentaba olvidarse de la bestial criatura que se había llamado a sí mismo Rey hacía un rato. Quería borrar de sus pensamientos esa manera que tenía de escrutarlo, como si analizara la mejor forma de cazarlo y devorarlo como a la más valiosa de las presas.

Era una pesadilla hecha realidad.

La puerta se abrió con un leve crujido que para otra persona podría haber pasado desapercibido, pero no para Otabek, que era quien salía a cazar de vez en cuando para hacer la cena. Tenía los sentidos muy agudizados.

Vio un destello de un marrón rojizo y tuvo un pequeño recuerdo de ese mismo día: el zorro que subía las escaleras.

Sólo que no era un zorro, o al menos no del todo.

Era un humano con rasgos de zorro. Su rostro y cuerpo eran normales, pero de sus orejas salían un par peludas y también poseía una enorme cola, que era la que había creído ver aquella mañana.

Sus extremidades también se veían humanas pero su andar era el de un animal, manejándose en cuatro patas. Incluso notó que sus piernas poseían una torcedura muy similar a la de los animales.

Su cuello iba atado con un filoso espinal, casi como una correa, así como también sus tobillos y muñecas.

- ¿Qué pasa? -dijo con una voz un poco gutural pero que intentaba ser burlona- ¿te comió la lengua el zorro?

Otabek no podía salir de su estupor. Si el Rey Bestia no lo había dejado en shock, entonces este pequeño zorro humano lo hizo.

Se deslizó suavemente por el cuarto hasta que pegó un brinco sobre la cama. Esto provocó que Otabek también diera un salto hasta que su espalda chocó contra la pared.

- ¿Q-quién eres? -preguntó casi en un susurro. Lo que en realidad había querido decir fue: ¿qué eres?

- Soy Leo. Portero oficial. Creo que me has visto más temprano.

Thorns and All [Otayuri] - YURI ON ICEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora