El hermano que me tocó tener [EN EDICIÓN]

Conociendo al vecino

Por un momento se me pasó por la cabeza de que James era un psicópata, pero al entrar a su casa, encontré a mi gata acostada plácidamente en el sillón en forma de L que ocupaba gran parte de la sala de estar.

- Miren a quien encuentro aquí.- Me dirigí hacia ella.

Maulló, se levantó, y luego de estirarse lo suficiente se fue directo a las piernas de James, que estaba parado junto a mi.

Hasta yo malpensé eso de que una gata se fue a las piernas de un chico candente... 

Me crucé de brazos.

-¿Celosa?-

- No.- Bufé. 

James respondió con una carcajada.

-Es solo un gato.- 

-¿Y el tuyo?- Lo miré

-¡Robert!- Me sobresalté ante ese grito tan repentino.

Apareció un gato negro y con unos hermosos ojos de color verde

- ¡Es una ternura!- Chillé.

En gato me maullo y se me paseo entre las piernas. Me agache para que el gato se me acercara, y fue así. Lo tomé y lo comencé a acariciar. Él me ronroneaba.

- Si que eres uno de los gatos más bellos que he visto en mi vida.- Lo tomé de manera que él gato lo tenía de frente, conecté su nariz con la mía.-Eres una bola de pelo tan suave.- 

El gato me comenzó a lamer mi nariz arrugué mi cara y solté una carcajada

-¡Me está dando besitos!- 

-Esto es mucho, deja a mi gato en paz.- Dijo con tono gracioso.

-¡No, me ama más que a ti!- Lo aferré en mi pecho.-¿Cierto Pincky?- 

-Se llama Robert.- 

-Pero si tiene cara de Pincky.- 

-Te encantan los gatos.- 

-Me encantan.- Besé la cabeza del gato.

-A este lo tengo desde que tenía meses de edad.-

-Aw.- No evité decir.

-Era un día de escuela, era invierno.- Oh ¿Iba a contarme? Yo quiero solo acariciar al gato y raptármelo.- Como siempre iba atrasado. Iba caminando apurado por la calle, hasta que choco con una caja de cartón. Yo no la tomé en cuenta, hasta que sentí un ''Meow'', yo abro la caja y era un gatito. Yo iba a cerrar la caja y dejarla ahí, pero el gato me miro y me dio lástima, así que lo tomé y me lo llevé a la escuela. Ahora está gordo y feliz.-

Sonreí, ante su historia.

-Le salvaste la vida a un indefenso animal, eso si que es muy lindo de tu parte.- 

- ¿Y como te encontraste a esta lindura?- Señaló a mi gata.

-En una caja a lo igual que tu.- Dejé al gato en el suelo.- Ella no se acostumbró a mi durante meses, le hacía cariño con un palo desde lejos, si intentaba acercarme, me arañaba. Pero un día la aferré a mi pecho y no la solté hasta que se acostumbrara a mi compañía.-

-O sea la apretaste y no la soltaste hasta que se quedó tranquila.-

- Eso suena cruel.-

-Es cruel.-

- Malo.-

-¿Por qué?-

-Me hiciste sentir mal ahora.- 

Se formó un silencio.

-Entonces, cuéntame de tu vida.-

- Tengo un hermano,vivo con mis dos padres y estoy en medio de una guerra civil.-