¿Están haciendo bebés?

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Zayn se escuchaba extraño, es como si estuvieses borracho...

Su respiración se escuchaba desde la otra línea, no sé que decir.

-¿Zayn?- Hablé en un susurro, no pretendo despertar a James por una llamada molesta.

-Por favor, dime algo...- 

-Zayn, Dios, vete, tómate una aspirina o duerme.-

-No me dejes, Alice, yo te amo.-

Amor  Al solo hecho de escuchar esa palabra a través de sus labios me provoca mariposas en mi estómago, o tanto caramelo me hizo mal, eso no lo sé.

-Zayn, debo colgar..-

-No, no te vayas.- Su voz se escuchó grave y raspada.

-Habla conmigo cuando estés lúcido ¿Sí?- 

Dejé mi móvil en la mesita de noche que estaba junto a mi, y me acomodé para seguir durmiendo en en la cálida cama de James.


Había mucha más luz en la habitación, al parecer ya había amanecido, no lo sé, estoy con mis ojos cerrados y no tan consiente para despertarme. Sentí algo extraño e invasivo que estaba entre mis brazos y piernas...son los brazos y piernas de James, bien, no sé como salir de este enredo de extremidades. 

La puerta se abrió, unos pasos se acercaron junto a mi y de pronto sentí algo tocando mi cara, abrí mis ojos y el pequeño cuerpo del niño se sobresaltó. 

- Hola.- Lo saludé.

-¿Quién eres tu?- 

-Alice ¿Cuál es tu nombre?-

-Mateo.-

- Mateo ¿Cuantos años tienes,hermosura?- dije, sentándome en la orilla de la cama.

-Tengo cuatro.-

- Ya eres todo un niño grande.- Espero no estar sonando estúpida.

-Estas con ropa de mamá.- ¿Se refiere a la ropa interior? -Es linda.-

-Oh, gracias.-

James se removió de su lado y tosió muy fuerte.

-¡James!- Gritó el niño, corriendo a los brazos.

-¿Como estás campeón?- Lo abrazó.

-Muy bien, la maestra me dio un caramelo por comportarme bien el día de hoy.-

Mateo se nos quedo mirando raro y dijo

- ¿Están haciendo bebés?-

¿Qué? ¿Como sabe eso?

- No, solo dormíamos, tu hermano me invito a dormir aquí.- Dije sonriendo.

-Pero estaban los dos en la cama y estas con ropa de mamá.-Dijo este.

-¿James, como sabe eso?- Lo miré con mis ojos abiertos por impresión.

-Creo que mamá le explicó, no creo que entienda bien.-

Me levanté dispuesta a ir a buscar mi ropa, que estaba en la habitación de su madre, no puedo salir así, que pensará ella si ve salir a una chica semidesnuda de la habitación de su hijo. 

-Es muy linda tu novia.- Escuché al pequeño decir, mientras me las ingeniaba para taparme con lo que sea. 

Miré hacia atrás y note a James sonrojarse. 

-Mateo ¿Puedes irte? Alice debe ducharse.-

-Claro.- 

Sus pasos dejaron de escucharse hasta que cerró la puerta tras su espalda.

-Bien, tu hermano es muy adelantado para su edad.- Crucé mis brazos.

-También lo creo...- Me quedó mirando.-¿Necesitas tu ropa?- 

-Sí.- Mordí mi labio, no sé si pedirle que traiga mi ropa del cuarto de su mamá.

-¿La traigo yo?- 

-Por favor, de verdad no quiero que tu madre me odie porque aparecí encuerada en su casa, saliendo de la habitación de su hijo.- 

-No me tardo.- 

James tomó una camiseta y se la colocó, para después, aparecer con mis cosas. 

-Te traje una toalla por si quieres darte una ducha antes de irte.- 

-Estaría bien.- 

Luego de una ducha rápida, me vestí y salí del baño. 

James estaba tirado en su cama, con ropa nueva y el cabello mojado ¿Cuando se duchó?

-¿Desayunemos?- 

-Oh, no, lo siento, debo irme, no me han visto en mi casa durante toda la tarde de ayer.- 

-Entonces bajemos, mi madre preguntaba por qué su cama estaba deshecha.- 

Pasé junto a James y bajamos para que yo pudiera irme a mi casa.


Había una señora, no de tan edad, dada vuelta.

-Mamá.- 

-James, puedes ayudarme con las bolsas del...auto. Hola.-

-Hola.- Levanté mi mano 

-¿Y tu eres?- 

-Soy amiga de James.-

-Sí, una amiga.- Rascó su nuca.

-Soy Marianne.- 

-Yo soy Alice.-

Alzó su mano y yo la estreché.

- Bueno James, yo me voy a mi casa.-

-No te preocupes, te voy a dejar en automóvil.-

-Descuide, vivo al lado.- 

-Que coincidencia.- Sonrió.

Me despedí y caminé hacia mi querida casa.

Unos gritos se escucharon apenas abrí la puerta. Niall aparece tras el sillón, tenía una cinta amarrada en su cabeza y dos líneas negras bajo sus ojos. 

-Niall qué haces...- 

Me arrojó dos huevos en dirección a mi cabeza, me agaché y miré todas las yemas reventadas en la puerta. Corrí lo más rápido posible, estaba subiendo los peldaños y vi mi puerta muy lejana de donde estaba. Me lancé hacia ella para abrirla y cerrarla. Cerré mis ojos y sentí que alguien estaba adentro. 

Los ojos verdes y expresivos de Louis me sobresaltaron.

- ¿Qué hacen en mi habitación?-

-Alice, ya comenzó.- 

Vi mi cuarto 

-¡O por Dios!-

-Tranquila, déjame explicar...-

-¡QUÉ OCURRIÓ AQUÍ!-

El hermano que me tocó tener [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora