Capítulo 10.

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Yo avisare cuando deban escuchar el vídeo.

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En el santuario todos estaban atentos a lo que Milo estaba a punto de contar, finalmente sabrían que fue lo que paso entre esos dos, la razón por la cual se estuvieron odiando por tres años, no se soportaban ni ver.

-Todo comenzó un año antes de que nosotros dejáramos todo... entre nosotros. -Respiro profundo y apretó los puños olvidando nuevamente que estaban lastimados. -Fue cuando faltaba más o menos una semana para que Camus cumpliera años.

Flash back.

3 años atrás, 1 de febrero.

Milo y Camus se encontraban en su lugar secreto, el lago, se habían escapado un rato de los sobreprotectores del santuario, aunque estaban en un silencio algo raro, pues siempre hablaban de algún tema, hasta que ya no soportaron estar más así, tenían que hablar de cierto tema.

-Milo ¿es cierto que te iras de misión con Saga? -Pregunto Camus, tenía la mirada baja jugando con algunas piedrecillas. -Esta semana.

-Si, ya sabes que no podemos negarnos a una orden de, Athena. -Respondió Milo encogiéndose de hombros, si fuera por él no se iría a ningún lugar, mucho menos tan cerca de aquella fecha.

-Ya veo. -Pudo notar claramente la tristeza que rodeaba a su mejor amigo, por lo que el pequeño escorpión se puso de pie para arrodillarse frente a él. -Milo...

-Te prometo llegar a tiempo, no importa cuánto demore, llegaré para estar contigo. -Prometió con su característica sonrisa, aquella que dedicaba siempre al pequeño aquamarina, Camus se incorporó un poco sentándose sobre sus muslos para poder abrazarlo.

-Por eso eres el mejor amigo del mundo, pero no le digas a los chicos que se pueden poner celosos. -Guiño uno de sus ojos, ser el mejor amigo de alguien era algo, pero el numero uno solía ser peleado por todos.

-Si, mejor amigo. -Susurro el peli azul con algo de tristeza, pero volvió a sonreír enseguida. -Tú también eres mi mejor amigo, Camus, pero en serio, de todo el mundo.

-Mejor ya vamos antes de que nos busquen y nos quiten nuestro lugar secreto. -Ambos se pusieron de pie para caminar tranquilos hacía el santuario, tomados de las manos, siempre habían hecho eso desde que se conocieron.

Los días fueron pasando tranquilos, sin la presencia de Milo en el santuario, Camus era muy solitario, siempre entrenaba y se encerraba en su templo, le hacía falta esa chispa especial, ese alguien que siempre lograba sacarle una sonrisa hasta en los peores momentos. Finalmente, llego el día de su cumpleaños, los chicos lo obligaron a salir por más que él se negara, pero estaba por demás aburrido y separado del grupo solo mirando al cielo en una sola dirección, supuso que Milo no podría llegar.

-Dita, yo ya me voy, estoy cansado. -Se acerco a sus amigos que le miraron enseguida preocupados.

-Pero Camus, es tu cumpleaños. -Los chicos trataron de convencerlo.

-No es mi cumpleaños si uno de mis mejores amigos y mi tutor no están aquí, mejor voy a descansar ya, hay entrenamiento mañana. -Se giro comenzando a caminar para irse de allí.

-Espera, Camus. -Estaban a punto de detenerlo cuando...

-Necesitamos su atención por favor. -Escucharon que hablaron por el micrófono. -Esta noche es algo especial ¿saben? Un chico nos ha pedido unos minutos para poder declararse a la persona que ama ya que hoy es su cumpleaños y se encuentra aquí, así que les dejamos con Milo de escorpio. -Los chicos quedaron con los ojos como platos, ósea, quien aparte de Camus que conociera a Milo y cumpliría años ese día podía ser.

del amor al odio, del odio al amor (Milo x Camus)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora