Capítulo 17.

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Mientras los demás estaban con sus temitas en el santuario, la nueva no oficial pareja del santuario, se dirigió al único lugar que podían estar de verdad a solas, el lago de sus tantas promesas hasta la que pensaban haber dejado en el pasado, incluso una que hicieron cuando eran unos inocentes infantes al conocerse.

-Milo, yo... -No pudo hablar, el más alto solo lo tomo de la cintura para besarlo dulcemente en los labios, pero él tampoco pudo resistirse al dulzor de sus labios, enredó sus brazos en su cuello para acercarse más a su amado bicho, cuando momentos después se separaron debido a la falta de aire se quedaron mirando en silencio por unos segundos, el de menor estatura tenía las mejillas rojas, esto que fascinaba a el peli azul. -Milo...

-Antes de que digas algo, que me expliques todo esto que nos está pasando... quiero decirte unas cuantas cosas, Camus. -Acaricio su mejilla con ternura. -Perdóname ¿sí? He sido un tonto, debí insistir en saber lo que ocurría en vez de simplemente dejarte ir, jamás pensaría que eres un odioso, insensible, vanidoso y todas esas cosas que dije en estos años, pero no me retracto en lo de enano. -Recibió una pequeña queja y un golpe en su pecho, pero antes de ser interrumpido prosiguió. -Pero eres, mi enano... eres tan dulce, tan tierno, amable, adorable, solidario... sé que la mayor parte del tiempo te haces el fuerte, que nada es capaz de lastimarte, que eres alguien frío y sin corazón, pero no, mi Camus, tienes el corazón más grande que he conocido, sé que tienes miedo de salir lastimado si te demuestras tal cual eres, eres demasiado inteligente que incluso llegas a sorprender y asustar, eres tan sincero tan leal, puedes ser bueno y atento hasta con tu peor enemigo, eres un completo ángel, yo no te merezco, a penas me dejaste busque olvidarme de ti, olvidarme de tu mirada, tus caricias, tus palabras de amor, tu hermosa sonrisa, busque en otros cuerpos, en otras personas lo que solo puedo encontrar en ti, solo tu llenas mi corazón y mi alma con una simple sonrisa, una mirada o caricia, te amo, Camus, te amó más que a nada en este mundo o en cualquier otro. -Deposito pequeños besos en todo su rostro haciendo que riera. -Será lo mismo siempre, no importa que intenten separarnos tu eres todo para mí, eres mi oxígeno, mi razón de vivir, quiero estar contigo, vivir contigo, quiero llegar a casarme contigo, no podría hacer nada con alguien más que no seas tú. -Rozo sus narices con suavidad. - Camus, mi amor, te amo más que a mi propia vida, mi dulce pequeño Camus, mi ángel y no soporto la idea de saber que casi te pierdo... que fui yo quien te puso en tales peligros por años, amor mío. -Por el rostro de Milo cayeron lagrimas cristalinas y sinceras, Camus acaricio su rostro con dulzura secando esas lágrimas de su gran amor y le beso en los labios tiernamente para después abrazarlo contra su pecho y acariciar sus cabellos.

-Mi amor, tú no eres el único culpable de todo esto, yo con mi gran terquedad con mi desconfianza debí haber averiguado más antes de terminar con todo, no debí haber desconfiado de la primera persona que me ofreció una mano, la primera persona que en la tierra fue amable conmigo, no me importa que hayas hecho todo eso, estabas dolido y yo no te deje dar ni una simple explicación, podrás ser un tonto a veces, pero eres mi tonto y no te cambiaría por nada del mundo, para mi eres perfecto tal cual eres, no te creas menos tu eres mucho más de lo que merezco, eres simplemente perfecto. -Soltó un suspiro y sonrió. -Milo, te amo ¿entiendes? Y jamás te deje de amar más que a nada en este mundo y claro que quiero estar siempre contigo, mi vida te pertenece ¿recuerdas? Yo soy tuyo y tú eres mío, este lago ha sido testigo del amor que nos tenemos de lo que sentimos por el otro, de cuantas lágrimas derramamos, pero todo nuestro sufrimiento valió la pena ¿no crees? Porque finalmente estamos juntos y nada ni nadie nos va a separar. -Milo se separó un poco de Camus y lo volvió a besar, no quería dejar de probar esos labios que desde siempre había deseado saborear de poder besar, esta vez fue un beso con mucha pasión en el que ambos demostraban su necesidad hacia el otro, el peli azul tomo con una mano la cintura de Camus y con la otra lo tomo del rostro, mientras que Camus enredo sus brazos por su cuello enredando sus dedos en sus cabellos, una batalla de lenguas se dio a lugar ambos disfrutaban aquel momento con tal de demostrar en ese acto cuanto se amaban, cuanto se deseaban, después de todo el tiempo que los mantuvieron separados se cobrarían cada beso, cada caricia, cada te amo, cada abrazo, se cobrarían todo el tiempo que estuvieron separados anhelando estar con el otro en silencio sin poder hablar de sus sentimientos con nadie, ni con ellos mismos podían hablar, siempre trataban de convencerse de que ya no sentían nada por el otro, sabiendo que siempre mentían sabiendo que eso jamás seria verdad, ambos tuvieron que separarse sin querer hacerlo por el oxígeno que ya estaba faltando en sus pulmones, se miraron fijamente a los ojos y juntaron sus frentes quedándose así por un largo tiempo, solo apreciando y hablando con sus miradas entre ellos diciéndose cuanto se aman y necesitan.  

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En otro lugar, muy lejano a la ubicación del santuario, un lugar que todos habían olvidado a través del tiempo.

-Me alegra que al fin todo se arreglara, pero aún les queda mucho por pasar. -Murmuro una hermosa mujer mirando con arrepentimiento aquellas almas que habían entrelazado durante siglos.

-Hermana ¿no podemos hacer nada por ellos? no merecen seguir sufriendo después de todo lo que pasaron. -Un chico miraba la imagen con lastima, se sentía impotente de no poder hacer nada.

-No podemos intervenir en el destino, si lo hacemos todo podría ser mucho peor para ellos, aún falta que llegue ya saben quién.

-Pero aún faltan muchos años para eso, exactamente 14 años. -Se quejo un dios de dorados cabellos que hacía compañía a los otros dos.

-Pero ahora comenzaran a llegar los otros, así que no hay que perder la esperanza, ellos son fuertes y sabrán manejar la situación. -Sonrió mirando a ambos confiada, sabía que, aunque todo pareciera acabado, aún existía posibilidad de tener un sol de medianoche. -Estoy segura de que ellos sabrán como preparar a todos y guiarlos.

-Hasta el momento en que "destino" llegue a ellos. -Murmuro el chico, había visto tantas veces y repasado tanto el futuro de todos ellos que desearía ser capaz de intervenir.

-Por ahora deben demostrar que tan fuerte es su amor, pero eso traerá la envidia de otros.

-Y nosotros no podemos hacer nada, hasta que sea tiempo de salvar a la niña y decirle su misión.  

del amor al odio, del odio al amor (Milo x Camus)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora