Capítulo 12.

565 50 35
                                    

La tempestad que se había formado debido a la explosión de ira de Camus, no dejo ni un solo rastro o daño, este se puso de pie para poder ayudar al peli azul a hacer lo mismo cuando vieron que se acercaba el resto, estos ni lentos ni perezosos verificaron que nada les hubiera ocurrido, aunque claramente el que estaba más histérico era Aioros y en momentos así era cuando todos se preguntaban ¿cómo Aioria puede soportar a su hermano cuando se pone así? Siempre terminaba mareando a todos en cuestión de segundos.

-Fue muy peligroso para ambos ¿Camus, cómo se te ocurre salir solo sin avisar? Y tú Milo ¿cómo se te ocurre poner tu vida en peligro de aquella manera? -Aioros miraba a ambos con preocupación y reproche. -Ustedes de verdad no quieren que llegue a viejo.

-Aioros, tranquilo, no paso a mayores. -Trato de tranquilizarlo el escorpión, sino lo hacían ahora estaría de esa forma el resto del mes.

-Es un alivio que no pasara a mayores, ustedes solo buscan que me dé un infarto, porque eso es lo que lograran. -Replico Aioros, que no hubiera muerto durante todo ese tiempo ya era mucho decir, porque con esos dos y los otros que se hacían los ángeles en ese momento, ya debería haber muerto debido a un infarto desde hace muchos años, pero fuera de todo eso, al fin todo comenzaba a ser como debía ser. - ¿Ya están juntos de nuevo?

-Aún tenemos que hablar mucho, no es como que de un segundo a otro todo quedará claro. -Respondió Camus evitando las miradas curiosas, ellos no ayudaban nada a que se bajara su sonrojo.

-Con el beso que le plantaste a Milo ¿no crees que ya fue suficiente explicación? -Molesto Afrodita a su primo, eso provoco que se sonrojara más intentando ocultarlo con ayuda de su flequillo.

-Dita, no digas eso. -Estaba siendo una situación incómoda y vergonzosa para el caballero de los hielos.

-Ah no ¿ahora te pones nervioso luego del espectáculo que nos diste? Si el romance de ustedes dos está mejor que cualquier romance de novela. -Siguió molestando Aioria mirando a ambos.

-Ya basta, dejen de molestar a Camus porque a Milo no le importa y se le nota. -Ordeno Saga, antes de que en vez de ser una persona el acuariano pasara a ser un tomate, cuando ninguno siguió haciendo ningún comentario al respecto, volteo a ver a ambos menores con preocupación, pero también sorpresa. -Camus ¿qué fue todo ese poder que desataste? Tenías dos pulseras en tus muñecas.

-Yo... no lo se. -Se encogió de hombros bajando la mirada, el tampoco entendía que es lo que ocurría. -Pero se quién puede tener muchas respuestas... no... es imposible.

- ¿Qué ocurre? ¿no qué no le temes a nada? -Y quién sabe como Athena se liberó por sí misma. - ¿O prefieres seguir haciéndote el huerfanito, millonario, angelical que todos se creen?

-Athena. -Camus se acercó a la diosa sin importar que los chicos no querían que lo hiciera, pero pudieron ver que estaría bien protegiéndose solo, debido a que cada paso que daba congelaba un tramo del suelo. -Yo puedo entender muchas cosas y puedo entender que alguien haga muchas locuras sin pensar... porque yo también lo hago, en algunos momentos, pero te juro que yo no entiendo lo que haces.

-Defenderme de ti. -Le miro desde arriba, eso molesto mucho más al resto, pero el aquamarina no le tomo importancia por esta vez.

-No, atacarme... no entiendo Saori, de verdad ¿Por qué estas tan enojada, tan sacada conmigo? Inventas cosas, inventas un embarazo y un aborto. -Cruzo sus brazos sobre su abdomen, por alguna razón le dolía a la vez que le molestaba, no era un tema cualquiera. -Yo... de verdad que no sé, no entiendo como alguien que es una líder como tú puede hacer una cosa así.

-Una líder como yo ¿cómo soy yo, según tu? -Tenso su mandibula.

-Te creí como alguien ubicada, correcta, señorita, un ejemplo a seguir para alguna persona, no se... -Se mantenía atento a cualquier movimiento que esta pudiera hacer en su contra.

del amor al odio, del odio al amor (Milo x Camus)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora