━━✧UNO.

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CAPÍTULO UNO
COMPINCHES

Ella baja desde el cielo, rodeada por la luz del sol que enmarca su figura celestial, el mismo astro no llega a compararse con el brillo que de ella desprende, haciendo relucir su perfecto cabello dorado.

Nathaniel ha muerto en la batalla y un ángel ha descendido a por él, es la única explicación lógica que se le ocurre. Se queda sin palabras observándola y sin aire durante unos segundos mientras su corazón se acelera en su pecho, está completamente flechado.

Sin una segunda reflexión, como un movimiento automático programado para la auto preservación, lanza con descuido dos de sus nuevas navajas contra las monstruosas criaturas para que estas no interrumpan su momento de admiración. Da sin fallar y estas se desvanecen en el aire como un humo oscuro que sube hasta el cielo.

Ella, en el mismo momento que toca tierra, derriba a dos de los seres pegajosos moviendo su cetro con movimientos precisos , como si este fuese un bate de béisbol.

La calle queda despejada durante unos segundos después de eso.

Él observa como su figura se vuelve para mirarlo, opacando toda presencia de luz con su sonrisa y provocando que él se pregunte una vez más si ya utilizó la palabra 'perfecta' para describirla.

— Hola, espero que no te moleste algo de ayuda— menciona la rubia del traje amarillo que hace alusión a una abeja con cada paso que da en su dirección, poniendo la sonrisa más amigable que tiene en su sonrojado rostro —, pero algo me dice que somos compañeros.

—No hay problema— se apresura en aclararle Nathaniel, dando largos pasos para llegar a ella, rogando porque su notorio nerviosismo no lo dejé en ridículo—, estoy seguro- -

Sus palabras mueren antes de llegar a salir de su boca, cuando la heroína se encuentra a menos de un metro.

Oh, que gran error ha cometido. 

Imperdonable.

Aquel cabello rubio platino de peluquería, la pedante postura con la que se yergue frente a él y en especial los brillantes ojos azules y amenazadores.

Ella no es un ángel, es el diablo disfrazado: Chloé Bourgeois.

—Demonios, esto tiene que ser alguna clase de castigo divino— maldice el pelirrojo, evitándola y en su lugar dirige su mirada al cielo, como preguntando "por qué"

Ya había sufrido bastante gracias a la hijita del alcalde ¿Había traicionado al país en su vida pasada?

— Oh, mierda— la escucha decir a ella pocos segundos después, entiendo que también ha descubierto quien es él bajo el antifaz.

No es muy difícil para ellos averiguar quién está detrás de la máscara cuando están frente a frente. Ni tienen en claro qué decir, pero están seguros de que no soltarán nada agradable hacia el otro si inician una conversación.

Es incómodo, por un momento Nathaniel está embobado contemplándola y al siguiente segundo la entregaría como sacrificio humano para salvar su propio trasero sin tener que detenerse a pensarlo. Se siente como un tonto, pero se promete que nunca le contará a nadie sobre aquel lapsus brutus que lo ha golpeado.

Chloé por otro lado lo sigue mirando con los ojos entres cerrados, cuestionándose porque clase de error Nathaniel ha terminado como un portador de un Miraculous.

Afortunadamente una nueva ola de los pegajosos monstruos llega como caídos del cielo. Sus altos rugidos espantan a los civiles que corren de un lado a otro por todo París buscando un escondite.

Nathaniel se había olvidado de eso, que del cielo no solo bajan ángeles, sino también demonios.

Gruñe notoriamente y ella también, tomando postura de combate, por un momento parece que se van a atacar entre ellos, pero se giran con agilidad dándose la espalda mutuamente, y él extiende sus brazos con un fuerte movimiento, lanzando sus dagas una vez más para presentar pelea. Ella sostiene su extraño cetro con la forma de un panal de abejas en lo alto, parece lista para meter un home run.

— Chloé. — él menciona cuando salta sobre una de aquellas criaturas desagradables, propinándole un golpe en la cabeza que lo desintegra.

— Nathaniel. — ella responde entrecortada al verse batiendo algunos cuerpos y convirtiéndolos a humo.

— Esto no va a funcionar. —menciona el muchacho, preparándose para atacar otro monstruo más.

— Bueno, realmente creí que mi identidad secreta duraría más que eso. — ella contesta, elevándose por los aires para obtener un mejor ángulo de ataque.

— Tengo la desgracia de conocerte desde jardín de niños— le recuerda con algo de gracia en su tono al tiempo que se agacha para evitar ser partido en dos —, ¿crees que porque te pones una máscara no te reconoceré?

Ella sonríe de lado y eso le dice a Nathaniel que no se va a librar de la rubia que una vez estuvo en sus pesadillas y sueños tan rápido como él quiere.

𝐇𝐎𝐍𝐄𝐘 ━━━ nathloeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora