«Guillermo Díaz un muchacho de 16 años tierno, lindo, amable y educado pero con una pinta muy provocadora.
Samuel De Luque un señor de 23 años apuesto, con un cuerpo de dioses y una sonrisa para morirse pero muy posesivo con lo que le pertenece.»
¿...
Ya habíamos entrado yo y Samuel al instituto, el se fue a su salón donde daría clase y yo me iría al que me tocaba, según yo me tocaba informática. Toque la puerta ya que estaba serrada, Mierda había llegado tarde, espero y la profesora no se enoje por eso, cuando menos me di cuenta la puerta ya estaba abierta dejando ver a un chico Alto de test morena, cuerpo trabajado y unos ojos negros.
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¿Me había equivocado de salón?, nunca en lo que llevo en este instituto lo había visto, por alguna razón no paraba de mirarme con una sonrisa pintada en sus labios.
-E-emmmm, ¿Este es el salón de Informática?.
Pregunte nervioso ya que no me quitaba la mirada de encima.
-Si.
Dijo con una cálida voz masculina, se hizo a un lado dejándome pasar, yo fui directamente con la maestra para explicarle el motivo de mi tardanza, ya después me pidió que me sentara y continuará con lo suyo.
-Bueno chicos como les seguía diciendo, el es Carlos, su nuevo compañero, espero y se lleven bien con el, toma asiento.
El asintió y por azares del destino, justamente le había dicho que se sentara a un lado mio, valla suerte la mía. Frank y yo platicábamos de cualquier cosa, afortunadamente estaba detrás mio, asta que la maestra nos dijo que guardaremos silencio porque iniciaría la clase, yo me acomode en mi lugar para prestar atención, pero el chico nuevo me interrumpió tocándome el hombro.
-Emmm... ¿disculpa?...-hizo una pequeña pausa para que lo volteara a ver.-¿Puedo juntarme contigo?, es qué no tengo libro y no entiendo de lo que va esta clase.
Yo solo asentí volteando a ver al pizarrón, el chico acerco su pupitre al mio, haciéndome sobresaltar por el ruido. Ya la profesora nos había dejado el trabajo para la clase y yo empecé a trabajar, pero la mirada de Carlos me ponía nervioso.
-Y... ¿como te llamas?.
-Guillermo.
-Bueno Guillermo, Eres muy lindo.
-Gracias, me lo dicen siempre.
El solo río por el tono serio de mi voz, la verdad es qué no me interesaba hablar con el, ya sabia a que quería llegar, pero no lo lograría.
-¿Puedo juntarme contigo en receso?.
-Lo siento chico, estaré con mi novio.
Al pronunciar la palabra 'novio' se le desapareció la sonrisa de su rostro.
-Valla, que suerte tiene ese chico...
-lo se, yo igual tengo mucha suerte.
Me levante para entregar el trabajo a la profesora, toco el timbre para la siguiente clase, cuando regrese a mi pupitre a guardar mis cosas Carlos ya no estaba, estaba metiendo mis cosas a mi mochila y me di cuenta que mi libro estaba rayado:
