Globos por doquier

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Percy había llamado a otros pegasos y ahora nos dirigíamos al Olimpo, genial.

Lo que menos quería hacer.

El aire me rosaba en todo mi cuerpo, mis cabellos danzaban según la corriente de este. Mi cabeza iba reposada en el cuello del caballo. Me sentía extraña, como si se hubiesen apoderado de mí, como si me hubieran arrancado el alma y solo mi cuerpo estuviera presente, estaba en modo shock en donde mi vista solo se centraba en la nada.

****

El chico con el anillo azul pulsó el botón del piso 600.

Nico me sostuvo de la cintura para que no me cayera al momento de que el elevador subiera, pues, era una zombi andando.

-Me gusta tu anillo, Percy. - dije con un pequeño hilo de voz.

-Gracias Gigi, igual a mí, digo, es azul- me dijo con una sonrisa a la cual yo le devolví una media.

El elevador emitió un sonidito y acto seguido, las puertas se abrieron al igual que mis ojos, ese lugar era hermoso, está claro que el mundo de los griegos consiste en maravillas... y en tragedias.

-Vamos- me dijo Nico impulsándome con su mano en mi cadera.

Escaleras, eran demasiadas escaleras, ¿Por qué no ponían otro elevador también aquí?

- ¿Y si nos llevas en viaje sombra? - pregunto Kendall.

-Vale- contesto Nico en tono frío.

Llegamos al primer corredor, en donde había un marco con una estatua arriba de él, creo que es Zeus, no lo sé, nunca he visto a los dioses.

Los chicos se adelantaron, yo por otro lado, estaba todavía asombrada ante toda esa gran belleza.

-Ojalá estuvieras aquí- dije en un susurro con un suspiro.

Mis reflejos me indicaron que había alto detrás de una columna, voltee rápido al ver el reflejo, pero no había nada. Me voltee hacia donde se habían ido los chicos, pero unos susurros me hicieron detenerme... voltee y ahora si vi algo, bueno, a alguien, camine hacia la columna y los susurros eran cada vez más fuertes. Me detuve enfrente de esta.

- ¿Hola?

-Shh- se escuchó atrás de la columna.

Rodee la columna.

-¡Hey!, ¿Quiénes son ustedes? - pregunte con voz alta

-Ahhh!- gritaron

-Nosotras, nosotras, ah, ah- dijo una

-Shhh, déjamelo a mí, hamm, no no nosotras, nosotras- tartamudeo la otra

- ¿Qué son ustedes? - pregunte

-Ninfas- contesto una

-Shh! - emitió la otra.

- ¿Ninfas?, ¿y qué hacen aquí, me estaban espiando?

-No! - dijeron en unísono.

-Va, son simples ninfas, bueno, si me disculpan, tengo cosas que hacer...

-Te equivocas querida, no somos simples ninfas.

Me voltee a verlas.

-Sabemos que tu corazón anhela algo que has perdido, nosotras podemos ayudarte- dijo otra.

- ¿Qué, de qué hablan? - Les pregunte frunciendo el ceño

-No te hagas querida, sabemos tu historia, y podemos ayudarte...

HIJA DE APOLO| NICO DI ANGELODonde viven las historias. Descúbrelo ahora