IMPOSSIBLE L♡VE {#1}

Capítulo 15

-¿Y cómo os conocisteis?

-Bueno... Chocamos a principio de curso...

-¿Y...?

-Y luego comenzamos a hablar.

-Aunque al principio no nos llevábamos bien. –Dije sonriendole.

-Los que se pelean se desean... – Murmuró Amy mirándonos con ternura. –¡Eso es genial!

Christian rodó los ojos mientras que dejaba la servilleta sobre el plato.

-Terminamos, ya puedes irte, mamá.

-¡Christian! –Lo regañé mirándolo mal. –Estamos hablando...

-No te preocupes, Kate. Ya estoy acostumbrada. –Su madre forzó una sonrisa en mi dirección.

Los tres nos pusimos de pie para salir del comedor y dirigirnos hacia la salida del internado.

-Bueno, hijo. Me voy sabiendo que estás en muy buenas manos. –Lo abrazó felizmente para luego abrazarme a mi. –Fue todo un placer conocerte mejor, Kate. Espero que soportes a mi hijo unos cuantos años...

-Yo espero lo mismo, Amy. –Reí sintiendo la mirada que me había echado Christian. –También fue un gusto conocerla.

-¡Ah! Piensa en lo que hablamos sobre tu fiesta de cumpleaños, Chris. Dieciocho años no se cumplen todos los días.

-Sí, mamá. Adiós.

-¡Adiós! –Ambos vimos como Amy se alejaba de las altas puertas de hierro y pronto volvimos dentro.

-¿Piensas celebrarlo?

-Contigo sí.

-¿Y con ella? ¿O Robert? 

-Te estoy diciendo que solo lo quiero celebrar contigo. Eso es sólo uno de los dos pases que necesitamos para continuar con nuestra historia.

-Que tierno eres cuando te lo propones... –Murmuré rodeándole la cintura para que él pasara su brazo por encima de mis hombros.

-Lo sé, gracias. –Reí negando con la cabeza. –Bueno, ahora podemos ir a mi habitación y seguir con lo que estábamos haciendo antes de que... –Mi móvil comenzó a sonar interrumpiéndolo. –¿Es que no podemos vivir sin interrupciones?

Reí hasta que me dí cuenta de que quien me llamaba era mi madre.

-¿Si?

-¡Hija! Menos mal que me respondes a la primera.

-¿Qué pasa? –Pregunté confundida.

-Jack va de camino a buscarte...

-¿Qué?

-Por supuesto que a Christian también. Ambos pasaréis el fin de semana en casa.

-¿Por qué? –Volví a preguntar separándome de Christian inquieta.

-Mañana celebraremos una cena familiar en la que ambos no podéis faltar. Confío en que tú misma se lo digas.

-Pero yo no...

-Hablamos cuando llegues a casa. ¡Hasta pronto!

-¿Quién era? –Preguntó cuando me despegué el móvil de la oreja.