Capítulo 4

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-¿Por qué tuve que hacerte caso?

-¡Vamos, Chris! Será divertido... – Murmuré no muy alto para que nadie nos oyera.

-Estás loca. –Reí terminando de quitarme los pantalones para ir directa hacia el lago.

Después de cenar algo ligero en la cafetería y de vigilar que nadie nos viera, arrastré conmigo a Christian hacia el lago artificial que habían hecho pocos años atrás para que nos pudiéramos bañar en verano.

Claro que ahora no estábamos en verano y estaba terminantemente prohibido bañarse, claro.

-¡Está congelada!

-No seas quejica, Christian. –Dije antes de saltar hacia el agua con la intención de salpicarlo.

Si, sí que estaba congelada.

-¡Oye! –Se tiró al agua sin pensárselo más tiempo para venir nadando hacia mi.

-Fue sin querer, Chris. –Sonreí inocentemente antes de ser hundida por él. –¡Chris!

-Me la debías. –Rodé los ojos antes de darme cuenta de como el camino que habíamos hecho para llegar hasta aquí se estaba comenzando a iluminar por linternas.

-Mierda, viene alguien... 

-Ven, vamos por aquí. –Asentí siguiéndolo hacia el otro extremo del lago para salir del agua y correr hacia los árboles más cercanos.

-¡La ropa! –Quise no gritar mirándolo horrorizada.

Cómo podía tener tanta suerte en esta vida, ¿eh? Para una vez que hacía algo mal, iban y nos pillaban.

Ambos asomamos la cabeza por detrás del árbol en el que nos ocultabamos para ver cómo uno de los conserjes que vigilaban el internado de noche intentaba descubrir a alguien dentro del agua.

-Será tu culpa si nos pilla.

-¡Si, hombre! –Grité más alto de lo normal tapándome la boca de inmediato con las manos. 

¡Mierda!

-Mierda, Kristen. Guarda silencio. –Lo fulminé con la mirada a pesar de que sabía que tenía razón.

¡¿Pero como evitaba ponerme de mal humor si tenía un frío de muerte, estaba descalza y clavandome dichas piedras del suelo en los pies?!

-¡Ay!

Sin hacerlo queriendo, y juraba por lo que más quisiera que no lo había hecho intencionadamente, levanté el pie dándole a Christian y provocando que éste perdiera el equilibrio llevándome consigo al suelo.

-Joder. ¿Es que no sabes estarte quieta? –Murmuró a escasos centímetros de mi rostro.

-Lo siento...

-¿Lo sientes? Esta salida te está saliendo muy cara, Kristen. ¿Qué me vas a dar como compensación? Porque mira que entrar al agua congelada y tirarme al suelo tiene un precio muy alto. –Alcé las cejas.

¿Qué lo tenía que compensar decía?

-¿Qué quieres?

-Un beso.

Sin dejar de mirarlo a los ojos, acorté los pocos centímetros que habían entre nuestras bocas para besar sus labios lenta y tiernamente.

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IMPOSSIBLE L♡VE {#1}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora