Capítulo 2

639 36 8
                                    

El hombre que había respondido se dirigió hacia ellas con una media sonrisa en los labios, dejando a Mara prácticamente hipnotizada por sus ojos. Era un hombre de esos que solo vez en películas, alto, cuerpo bien formado y pecho ancho, pelo negro entre liso y ondulado, tez blanca media pálida, y unos ojos entre azules y gris que podrían muy bien ser la perdición de cualquier mujer. Mara salió de su ensueño al escuchar los gritos de su hija.

-Nooooooooooooo, de verdad??? Nooooooooooooo, no me lo creo!!!!- repetía Meredith una y otra vez.

-Estás bien meredith?- Le pregunto su madre al ver que esta no salía de su asombro.

-Mamiiiiiiii, él es....... Él es.......... OMG, no me lo puedo creer, tú vas a ser mi nuevo profesor?- Dijo ésta dejando a su madre en un completo limbo.

-Sí, mucho gusto, mi nombre es..-

-Alaitz Vegaaaaa- respondió Meredith por él en un susurro soñador.

-Pues un placer señor vega- le dijo Mara mirando a su hija de reojo por cómo estaba actuando y dando la mano al mismo tiempo a Alaitz en forma de saludo. Aun media sonrojada por como lo miro al principio, intentó saber un poco más del desempeño laboral de este.-No creo haberlo visto antes y el señor Hamilton nunca lo menciono. Quisiera saber más de su hoja laboral.-

-Mamiiiiii, please, como no conoces a Alaitz???- dijo Meredith como si eso fuera una falta imperdonable de parte de su madre.

-Perdón señorita, pero mi tiempo no se resume en saber la vida de los demás, sabes? Yo vivo un poco ocupada, especialmente con ustedes.- le reprochó Mara a su hija.

-No se preocupe señora...-

-Vidal, Mara Cruz de Vidal-

-Señora Vidal. Tengo más o menos veinticinco años trabajando en el medio artístico. He realizado desde comerciales de TV hasta películas de pantalla grande.- Dijo este en forma de respuesta. –Y el señor Hamilton ha accedido a mi capricho de querer compartir mis conocimientos a jóvenes como su hija que buscan un futuro en la actuación y al mismo tiempo para ayudarlo a él con su problema personal que estoy seguro ya le mencionó.

Mara, un poco sonrojada y avergonzada, al darse cuenta de que había desconfiado demás, como siempre, no tuvo más remedio que pedir disculpas por su ronda de preguntas y darle las gracias por ser el nuevo profesor sustituto del señor Hamilton. Dicho esto ella y su hija se disponían a irse, cuando Alaitz llamó su atención.

-Señora vega, sería posible hablar con usted a solas un momento?, no tomaré mucho de su tiempo.-

-Sí, no hay problema- dijo esta y se dispuso a alejarse un poco junto a Alaitz. Por algún motivo, se sentía extraña, pero era un extraño diferente, un extraño que se sentía... bueno?.

- Como ya le había mencionado, tengo muchos años de experiencia, pero al parecer mi explicación no la dejo del todo conforme. Aceptaría tomar café conmigo?-

La invitación tomo por sorpresa a Mara, quien se quedó turbada por un momento sin saber que responder. Ese hombre la inquietaba.

-Gracias profesor Vega,

-Llámeme Alaitz por favor.- la interrumpió este.

-Está bien, Alaitz, pero no creo que sea conveniente. Confío en el señor Hamilton, y el tiempo le dará la razón a usted con respecto a su experiencia laboral y lo que puede aportar a estos jóvenes, incluida mi hija. Muchas gracias de todas maneras.

-La invitación sigue en pie para cuando pueda o quiera.

-Gracias.- le dijo cortésmente Y sin más se retiró, quedando aún más confusa que antes.

Es Difícil Comenzar de NuevoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora