Capítulo 8

480 40 6
                                    

Al día siguiente Mara se levantó bien temprano, bajó a la cocina y se dispuso a preparar el desayuno para sus hijo, cereal con leche. No se sentía de hacer nada más. Debía de hablar con ellos respecto a lo sucedido ayer, claro, obviando la parte de que Alaitz y ella se besaron.

-Buen día mami.-Meredith

-Hola mami- Lucas.

-Buenos días, que bueno que ya están despiertos y listos. Tengo que hablar con ustedes, no hay mucho tiempo para explicaciones ahora, pero necesito que sepan que he decidido divorciarme de su padre.-

-eh?- Meredith

-Ah?- Lucas. –No encuentras que es un poco rápido para tomar esa decisión?- Le reclamaba, y Meredith, con su actitud de brazos en jarra, lo apoyaba.

-Se podría ver como rápido, pero tengo más de una semana sopesando el asunto, y la verdad no creo que su padre tome mucho en consideración lo que yo piense al respecto de nuestra relación. Ayer me quedó más que claro que solo le interesa lo que le pueda quedar después del divorcio. No pienso seguir atada a una persona que solo ve en mí un caso de beneficencia. Para eso mejor sola.- Explicaba Mara jugando con el cereal en su tazón y con la cuchara, lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas. Ese tema podía más que ella.

-De verdad mami que para mí es una decepción, y ten bien claro que no te apoyo. Debieras de darle una oportunidad- Meredith le gritaba a su mama con rabia.- Yo sé que cometió un error bastante grave, pero no debiera de ser condenado alejándolo de nosotros.-

-Meredith, yo no lo estoy alejando de ustedes. Él es su padre y la relación entre ustedes es muy diferente a la que él y yo llevamos. El hecho de que no estemos bajo un mismo techo no quiere decir que ustedes van a dejar de verlo.

-No será igual.- se quejaba Meredith.

-Aunque arreglemos las cosas, nunca más sería igual.- Mara estaba muy triste con toda la situación, pero no estaba dispuesta a vivir una falsa. Sus hijos ya eran lo bastante grandes como para entender su decisión. Y si no lo hacían ahora, más adelante le darían la razón de que un matrimonio sin amor es igual a un infierno, y ya Eros había dejado claro que no la amaba al buscarse una amante y al no rechistar cuando le propuso el divorcio.

Los muchachos, aun incomodos, le dieron un beso de despedida. En cierta forma se sentían mal de que su madre la estuviera pasando mal por culpa de su padre, pero no querían aceptar que su familia se estaba desboronando.

Se marcharon dejando a Mara lista para volver a enfrentarse a Eros. Esa mañana ella y carie comenzarían a trabajar en la compañía. Llegó al lugar con positivismo, una sonrisa, muy a su pesar, pintada en su cara. Nada más verla Eros cambio su semblante por uno más duro, enfurecido. Mara lo dejo pasar y ordenó que le pusieran un escritorio dentro de la oficina que Eros ocupaba. Mientras no llegaran a un acuerdo, ella compartiría oficina con él, uno, porque quería saber todo lo concerniente a la compañía que el manejaba, y dos, porque no le dejaría el campo libre en la oficina para que hiciera sus bajezas con Elizabeth.

Carie se encargó de ponerla al día respecto a las actividades que se llevaban a diario: cuando era necesario su presencia en reuniones, como negociar con los proveedores y vender para sacar la mayor ganancia. Mara aporto unas cuantas ideas que ella consideraba buenas para mejorar el rendimiento y así se lo hizo saber al personal cuando se presentó como la dueña de la compañía. Eros se limitó a decir, uno de los dueños, y la dejó seguir hablando, al fin y al cabo a él le convenía los cambios que Mara estaba llevando a cabo en la compañía.

…………………………………………….

Había pasado más de un mes en donde Mara evitó en lo posible a Alaitz y se concentró en sacar a la compañía adelante. Este último no paró de llamarla y enviarle mensajes por semanas, pero al final claudicó ya que ella no le respondía y tampoco quería mandar mensajes con Meredith, no quería ocasionarle problemas.

Es Difícil Comenzar de NuevoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora