Capítulo 23

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Después que quedaron solos, Mara y Alaitz salieron a respirar el aire fresco del mar, descalzos, agarrados de la mano caminaron sin decir una palabra. El saber que estaba uno junto al otro en ese momento era suficiente.

Todavía en la playa, pero en frente de la casa se sentaron, ella entre sus piernas de frente al mar mientras él le abrazaba por detrás. Contemplaban el infinito mar cubierto por la oscuridad de la noche, donde el reflejo de las estrellas bailaba al compás de las olas.

-No sabía que iba a hacer sin ti Mara, te juro que el tiempo que duró esta pesadilla no tuve vida al saberte lejos de mí.-

-Shuuu- lo calló mara –Ahora lo que importa es nuestro presente y futuro.-

 Acto seguido se giró un poco dejando sus caras a pocos centímetros, ambos podían sentir su respiración. Se miraban fijamente diciéndose con los ojos lo mucho que se amaban.

Poco a poco fueron acortando la distancia, entregándose a un beso tímido, lento, de reencuentro. Sus bocas saboreándose, delatando lo mucho que se habían extrañado. Alaitz fue subiendo su mano al cuello de Mara para aplacar la agonía que traía ese beso y dar riendas suelta a lo que ambos necesitaban.

Lentamente la coloco debajo de él, encima de la arena tibia, separándose un poco para verle a la cara. Mara sentía perderse en ese mar que eran sus ojos, lo amaba, lo necesitaba y pretendía mostrarle cuánto.

-Porqué me quieres?- Le pregunto Mara, todavía incrédula de que ese adonis la amara tanto,

-Porque eres linda, sabrosa, y eres mía- y le dedico esa sonrisa de medio lado que derretía los sentidos de Mara.

Mara le respondió atrayéndolo hacia si para seguir la tarea parsimoniosa de explorar su boca. El beso se fue tornando exigente, candente. Ya no era suficiente el sentir el compás de sus lenguas. Sus manos se unieron a la exploración de sus cuerpos. La noche se hacía fresca, pero el calor de sus cuerpos les exigía quitarse todo de encima, y así lo hicieron. Sin comedida, sin inhibiciones.

 Con el cielo estrellado de testigo, y las olas como fieles receptoras de sus jadeos, se entregaron como nunca antes lo habían hecho, con lentitud, con rapidez, no solo sus cuerpos, pero sus almas. Llegando ambos al éxtasis de sentirse saciados como nunca antes lo habían estado, felices, conformes, satisfechos.

Ya luego, la tranquilidad de la noche, que era interrumpida por el vaivén de las olas, sus cuerpos abrazados como si fueran uno, el cansancio de la entrega. Todo junto les invitaban a quedase allí dormidos, desnudos, sintiéndose hinchados de felicidad al ver su amor realizado sin tapujos, sin cohibiciones.

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Después de todos los acontecimientos, incluido el nacimiento de la niña de Eros y Elizabeth, a quien llamaron Itzia, todo se tornó tranquilidad.

Los medios hablaron por semanas de todo lo acontecido en aquella fiesta. De vez en cuando ellos recibían la visita inesperada de uno u otro paparazzi preguntando que cuando seria la boda. Fuera de eso sus vidas transcurrían normales.

Bianca se había desaparecido del mapa después de haber firmado los documentos donde se hacía responsable de todo lo sucedido y en donde prometía cumplir al pie de la letra la orden de alejamiento, extendiéndola a Mara y sus hijos, y escribiendo además una declaración escrita para los medios, donde limpiaba el nombre de Mara y Alaitz de las acusaciones de infidelidad.

Entre Eliot y carie surgió una cercana amistad que comenzó cuando fueron introducidos en la fiesta. Mara siempre le  decía que hacían bonita pareja. Pero Carie  decía que solo había una linda amistad.

Mara y Alaitz buscaban cada excusa para estar juntos, parecían dos adolescentes inventando historias con tal de verse a cada momento.

Lucas estaba terminando el semestre y se iba fuera de la cuidad de vacaciones con la familia de su novia por el verano.

Meredith recibió una oferta para terminar la secundaria al tiempo que mejoraba sus habilidades del canto fuera del país en una escuela de artes reconocida. Sandro fue el responsable de ello gracias a las pocas relaciones que tenía debido a su fallada carrera de cantante profesional.

 Optó por ayudarla a que encontrara alas lejos de él, su talento lo ameritaba y porque lo que el sentía se intensificaba cada día y no se veía correspondido. Meredith estaba confundida por la manera de como Sandro se comportaba con ella, seco, distante. Pero no pudo negar que se sentía feliz de poder desarrollarse como cantante, aunque actuación siempre seria su pasión. Aun así, le dolía ver que Sandro la ignoraba.

En el aeropuerto, una Mara con lágrimas en los ojos se despedía de su hija en compañía de Alaitz y Chantal, Lucas se despidió de Meredith antes de irse de vacaciones con su novia y su familia.

-Meredith, estas segura que eso es lo que quieres?- Mara quería que su hija estuviera clara en su decisión, y también porque se sentía triste de separarse de su chiquita mimada.

-Creo que es tiempo de que deje atrás la inmadurez mami. Esta es una oportunidad que probablemente se me presente una vez.- Sus ojos también se llenaron de lágrimas. Era la primera vez que se separaba de su madre.

Se abrazaron y Mara le llenó la cara de besos.

-Alaitz, por favor despídeme de Sandro. Dile lo agradecida que estoy por haber conseguido esta oportunidad, y que muy contrario a lo que él piensa yo… yo lo quiero.- Mientras Meredith hablaba sus lágrimas rodaban por sus mejillas. No hizo nada por pararlas.

-No me quiero entrometer, pero porque no se lo dijiste antes de marchar?-

-No sé qué le pasa conmigo, es como si de un tiempo para acá me odiara. Me duele su actitud y por eso no lo hice.- Se sentía mal al confesar en voz alta parte de lo que estaba sintiendo.

-Sé que llegara el momento de que ambos vuelva a hablar, mientras estaré feliz de darle tu mensaje. Cuídate mucho y si me necesitas no dudes en llamar. Ok Peque?- Se acercó y le dio un abrazo de despedida.

-Y tu chiquita, cuida a estos dos por mí, si? Que te consientan mucho que te lo mereces.- Le decía Meredith a Chantal quien se lanzó a sus brazos.

-Te voy a extrañar Meri- le dijo la niña entre sollozos.

-Yo también chiquita.- le dio un beso en la mejilla y se la entregó a Alaitz. –A Lucas que lo veo pronto, eh mami? Que tenga cuidado con Miah que no quiero ser tía por ahora.- todos rieron. -Adiós, los quiero.- La miraron alejarse por la puerta de embarque. Sabían que era la última vez que se verían en mucho tiempo, sabían que un capítulo se cerraba y daba paso a otro en la vida de Meredith.

Lo que ella no sabía era que Sandro la miraba de lejos. No escuchaba lo que  decía, pero pudo ver su tristeza haciendo que su corazón se acongojara. Quería salir corriendo a abrazarla, pero sabía que era mejor dejarla ir. Era egoísta de su parte el poner distancia entre ambos solo porque él no soportaba el tenerla cerca y no ser correspondido, pero su corazón se lo pedía para poder sanar.

Le echó un último vistazo a una Meredith triste, pero llena de esperanza por lo que el futuro le deparaba. “Adiós Meredith”. Se colocó sus gafas al ver una lágrima asomándose, dio la vuelta y se fue.

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Votos y comentarios son bienvenidos. Graciasssss!!!!

Twitter: @mallypc

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