Capítulo 50.-Nueva especie

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Narra Devlin

-Mi señor, también le traigo noticias del cielo.

-Prosigue -asintió sumiso.

-Poseidón y Ades están de acuerdo en ayudarlo con tal de que mate a esa creación moustrosa. -frunci el ceño.

-Fui claro con ellos -deje soltar un rugido -Necesito guerreros.

-También me dijeron algo sobre eso y creo que es mala idea. Los dioses le han a dado al doctor y a Maison unos botes con sangre de vampiro. -abrí mis ojos sorprendido y eso que era difícil sorprenderme.

-Pensé que estaban extintos. -susurre.

-Mi señor, pienso que debería abstenerse a esa ayuda. ¿Y si algo sale mal? ¿Sabe la historia de los vampiros no?

Gruñi esta vez dejando salir mis afilados dientes.

-Nadie pidió tu opinión -use ese tono que me encantaba usar -Y si, se la historia. A mi especie le costó mucho deshacerse de esas escorias. Pero tenemos que ganar esta batalla. Así que dile a doctor que prosiga con las pruebas, necesito a mis soldado listos lo más pronto posible.

-Si mi señor. -salió de mi oficina y coloque mi brazo sobre mi barbilla.

Vampiros , peligrosa ventaja la que tendré.

-Entonces, ¿cuando atacaremos? -está vez una sonrisa apareció en rostro, mis colmillos regresaron a su lugar, escondiéndose.

-Más pronto de lo que crees.

Narra Sam

Arrullaba a mi bebé la cual había cerrado los ojos no hace mucho, pero me encantaba contemplarla.Sus bellas pestañas, largas y espezas, como las de su padre, las amaba.

Anteriormente había hablado con los papás de Sam. Su papá por supuesto, se negó a dejar la aldea y lo comprendo, también es su lucha pero no quiero que salga herido. No quiero que salga herido nadie.

-Amor -dijo Caleb tocando mi hombro haciendo llamar mi atención -Ya se durmió, puedo escuchar su pequeño corazoncito muy relajado.

-Lose -dije sin apartar la vista de Adara -Me gusta verla dormir, quiero recordar cada parte de su rostro y saber en lo hermosa en que se convertirá.

-Será una gran Alfa -sonreí, mi bebé venía a romper estereotipos. -La primera mujer nacida alfa.

-No me había dado cuenta.

-Si, dado que tu te comvertiste en algo así como ¿alfa de los alfas?

-Eso creo.

Deje a mi nena en su cuna con mucho cuidado para que no se levantara.

-Sam

-Mande, amor. -acaricie por última vez la suave mejilla de mi bebé y voltee a ver a Caleb el cual me miraba con cautela.

-¿Qué es lo sientes cuando dices que cosas malas vendrán?

Suspire.

-Caleb, desde que mi padre calló del cielo la luna no es la misma, es roja como la sangre. ¿Qué es lo siento? Oscuridad rodeandola haciéndose cada dia más oscura, y una sensación de muerte...ese horrible sabor a metal en mi boca que más bien sabe a sangre. -no me había dando cuenta hasta que lo dije. -Tal vez tu no veas la luna del mismo color que yo pero se que puedes sentir que algo no anda bien.

-En eso tienes razón.

- Ahora es hora de ir a entrenar, mi madre cuidará a Adara por un rato.

LA DIOSA DE LA LUNADonde viven las historias. Descúbrelo ahora