Ángel y Demonio

El Bosque

Narra Ángel

-Ugh...

¿Dónde estoy? ¿Qué había pasado? Eran las preguntas que me hice cuando desperté. Después de acostumbrarme a la oscuridad en la que estaba, recordé lo que había pasado. Me había golpeado con... algo.

Pero ¿con qué?

-¡¿Hola?! -grité con todas mis fuerzas, esperando que alguien respondiera-

Al rato, se escuchó como un arbusto se movía. Al principio me asusté, pensando que iba a ser un animal salvaje, pero solté un suspiro de alivio al ver un demonio polvoriento.

-¡Hola! -dijo él, energético-
-Hola.

Empecé a examinar mis alrededores. Después de un rato observando, concluí que estábamos en el bosque. No sabía porqué, pero el bosque me generaba una sensación de seguridad.

-¿Qué fue lo que pasó?
-Caíste -dijo mirando al cielo- No supe que hacer y te traje al bosque esperando encontrar alguna hierba curativa. No soy ningún ángel, ¿sabes?
-¿Y la encontraste? -pregunté, a lo que el demonio respondió apuntando a mi cabeza. Palpé mi cabeza y ne di cuenta que tenía un par de hojas- Oh, gracias, pero ahora que estoy despierto me puedo curar yo sólo.
-Oh, okey.

Empecé a examinar al demonio. En realidad, era básicamente igual a mí, sólo que sin alas y halo, y con cuernos y una cola puntiaguda. Su piel era de un tono rojizo muy claro, casi rosa. Se veía bien.

-¿Tienes  un nombre? -le pregunté-
-...No, ¿y tú?

-...Tampoco.