Disparos Angelicales

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Narra Ángel

-¿Demonio?

Oh no. Oh no, oh no, oh no ¡¿QUÉ DEBO HACER?! El sólo estaba ahí... y ¡SE DESMAYÓ! Espera, tal vez mis poderes curativos funcionen. Funciona, funciona, funciona... ¡No funciona!

Muy bien ángel, cálmate... Eso quiere decir que no se desmayó por un motivo de salud... ¿Tal vez... un motivo... emocional? Pero ¿Qué despierta a la gente que se desmaya? Tal vez se despierte sólo.

Oh, bueno.

Regresé al libro extraño que acabábamos de desenterrar, y empecé a hojearlo un poco. La escritura era muy extraña, y se hacía cada vez más intangible. En las últimas páginas habían unos símbolos extraños. Una mano, un ojo, y un gato.

 Una mano, un ojo, y un gato

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Qué extraño. ¿Qué significaba eso? No tenía ni idea. Regresé al cofre y lo examiné, intentando descubrir alguna pista.  Fui limpiando el polvo hasta que toqué algo... extraño. Un compartimiento secreto.

Dentro del compartimiento había una... pistola. ¡¿Una pistola!? ¿¡En una isla!? Tomé la pistola y la observé. No era muy vieja... Todavía tenía balas.

Espera... ¡Eso es! ¡Ya sé como despertar al demonio!

Apunté y apreté el gatillo.

Ángel y DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora