Ángel y Demonio

Dolor

Narra Ángel

Ugh...

Desperté a mitad de la noche con un extraño ruido proveniente de mi izquierda. Como no podía dormir, decidí intentar apaciguar el sonido yo mismo. Pero para mi sorpresa, el ruido lo hacía... demonio.

Estaba... llorando.

Oh dios, no. Nonononono. ¡¿Qué rayos se supone que haga?! y de paso ¡¿POR QUÉ SOY YO SIEMPRE EL QUE TIENE QUE CALMARLO?!

En este momento tenía dos opciones:

a) Irme a dormir y finjir que nada nunca pasó, lo cual será muy incómodo, o...

b) Ayudarlo.

Con un suspiro fui y me senté a su lado.

-La luna... -Oh no ángel, no lo hagas- La luna está muy hermosa hoy, ¿no crees? -Ángel, acabas de cavar tu propia tumba, eres un imbécil.
-¿Ah? -dijo, e inmediatamente se dio la vuelta al otro lado para ocultar que estaba llorando- Uh... s-sí.

Los dos miramos a la luna un rato, sin decir nada por un rato... Y DIOS MÍO ESTO ES INCÓMODO, AYUDA.

-¿Qué es lo que te pasa? -intenté decir en el tono más calmado posible-
-Uhm... -hizo una pausa y me miró- ¿Estás... seguro que te puedo contar?
-OH NO, ¡¿ESTOY SEGURO SOBRE ESTO?! -Sí, lo estoy- ¡ÁNGEL!
-Es que... Yo... Estoy en una isla... -mientras más hablaba, menos se le entendía- No sé... Cuando... -Ya no podía decir ni siquiera una frase coherente-
-Demonio, está bien. Recu--

En ese momento me interrumpió un par de brazos alrededor de mi torso, y dos ojos llenos de lágrimas mirándome.

-Tú... eres mi único amigo... no... te vayas...

Le miré y le sonreí.

-Nunca lo haré, demonio...

Nunca lo haré.