Mejores Amigos||Dani Fernandez.

Capitulo 34

Al día siguiente...

Miro el reloj y veo que son las 13:15, hora de levantarse, pero siento un mareo que hace que en mi cabeza se noten como mil martillazos a la vez, y mis piernas flaquean tanto que me veo obligada a sentarme de nuevo.

-¿Estas bien amor?

-Si si, no te preocupes, estoy bien. Solo un poco mareada.

-¿Quieres una pastilla o algo para el mareo?

-No no, ya bajo yo y me tomo la pastilla.

-Esta bien, pero déjame ayudarte, por favor.

No le echo cuenta, y decido bajar sola. Si me agarro bien a la barra, no pasara nada.

Comienzo a bajar y mi mano resbala por la barra, haciendo que mi cuerpo caiga por las escaleras, dando mi  cabeza un gran golpe contra la escalera. Inmediatamente la vista se vuelve de color negro, y lo ultimo que escucho es a Dani gritar mi nombre.

(···)

Cuando abro los ojos, tras después de cuatro días sin ver la luz, solo escuchar, los reflejos de luz que se reflejan en la pared blanca del hospital, hacen que cierre los ojos rápidamente. 

Siento unas manos acariciar mis piernas. La suavidad de las manos de Dani hacen que sepa quien es nada mas tocarme.

-Amor, vida, muñeca, gorda, chiquitina, pequeña... te puedo llamar como quieras, pero yo solo quiero que despiertes y me ayudes a salir de aquí, no entiendo nada de este idioma, y ellos el ingles tampoco lo entienden... Te necesito ahora misma -lentamente muevo mis mano hacia su mano que ahora mismo esta posada en mi cadera. El al ver el movimiento la coge y aprieta con fuerza- Se que estas despierta pillina. Solo te pido que abras los ojos y me digas un te quiero, esos que hace tiempo que no me dices y que tanto echo de menos.

Abro los ojos lentamente con la esperanza de que sus ojos azules como el cielo de un verano cálido contacten con los míos. Y así sucede, sus ojos contactan con los míos, sin necesidad de que digamos nada entendemos las miradas, los dos nos hemos echado tanto de menos que desearía volver al pasado y hacerle caso, y que me ayudara a abajar esas malditas escaleras. 

Su boca entreabierta hace que mis ganas de estar junto a el toda mi vida aumente, y no resisto a volver a besar sus labios. 

-Besame otra vez. Necesito saborear tus labios otra vez.

Sus labios y los míos chocan, pero se mueven a la perfección. Necesita volver a saborear sus labios con sus pequeños cortes por el calor que lo dañan.

Mi vida se resume en el. No quiero perderle nunca.