Unus

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Lo único que queda son recuerdos...

La gran batalla se acercaba a su fin, las fragatas de guerra del Imperio caían en picada, consecuencia de los disparos realizados por las naves de ellos, los rebeldes, aquellos que habían osado abandonar el Imperio, de darle la espalda.

Él se encontraba en medio de este desastre, él que nunca había perdido ninguna batalla contra los Reinos del Origen, sólo veía como los orgullosos estandartes del Imperio languidecían ante el fuego que los consumía, cómo la sangre de sus soldados bañaban la tierra árida de aquel mundo que había perdido toda su grandeza y belleza, arrasado por los fuegos del mismísimo infierno.

Zagal lo daba todo por perdido, la Guerra de los Reinos del Origen había terminado, sin embargo la ansiada paz no había llegado, ¿por qué?, era lo que se cuestionaba en ese momento, veía con desesperación a su alrededor, parte para salvar a los que más pudiese, parte para salvarse.

Aquel campo de batalla lo habían ganado la muerte y la destrucción.

Tenía que escapar, ese conflicto estaba perdido, fue entonces que con todas sus fuerzas guió a los sobrevivientes de semejante tragedia, algunos gravemente heridos, otros esperando el momento en que la oscuridad los invadiera, Zagal se mostraba incrédulo.

Dirigió de nuevo su mirada hacia atrás, hacia las ruinas incendiarias de su fragata de guerra, esa que con tanta valentía libró variadas batallas y al asegurarse que los que podían sobrevivir no se quedaban atrás, lo vio, alzándose en el horizonte, con esos ojos morados únicos, ojos que antes miraron hacia arriba para ver al Emperador, ahora lo miraban frente a frente con la gran furia que el fuego a su alrededor proyectaba, por primera vez en su vida supo que aquellos ojos que conocía a la perfección, ya no eran de vida, ahora lo único que habitaba en ellos era muerte y destrucción...

PRETOR: TúnicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora