-Hola, cariño. Te traje té.-mi madre se acercó a mi y dejó la taza a mi lado. Se sentó en mis pies y encendió una lámpara-¿Qué haces?
-Estoy leyendo.-le dije.
-¿Con la luz apagada?-no necesitó mi respuesta-Necesitas dormir.
-¿Cómo están los demás?-le pregunté, ignorando sus palabras.
-Ya sabes, buscando una solución, juntos.
Sacudí la cabeza. Era mi forma de decir "Lo entiendo". Esa era mi respuesta a todas las indirectas de mi madre sobre mi vida en ese momento. Pasaba mucho tiempo en mi cuarto, una de sus mayores preocupaciones.
-Están algo desesperados. Les vendría muy bien tu ayuda.-me dijo.
Le mostré el libro que estaba leyendo.
-Apaga la luz antes de irte.-le dije.
No le mostró interés a lo que dije y encendió las luces de toda la habitación para llevarme la contra.
Cuando cerró la puerta, abrí la gaveta de mi mesa de luz y saqué la piedra de Melissa para ver si brillaba. Pero pensaba y pensaba, ¿Qué pediré cuando la necesite? ¿Qué será lo que el destino me tiene preparado? ¿Y si brilla ahora, qué pediré? ¿A Melissa o a Nick? ¿Quién se encuentra más perdido?
El no hablar de mis sentimientos era parte de mi nueva rutina, aunque en verdad nunca lo había hecho. Mantenía mis sentimientos ocultos, para no lastimar a nadie, o para no parecer débil frente a mis amigos y familia. Casi siete meses habían pasado desde que Nick había desaparecido, y apenas podía recordar aquellos ojos que no me cansaba de admirar.
28 de Julio:
-Cariño, está bien, estoy aquí.-le decía a Nick mientras agarraba su mano. Él miró asustado a su alrededor. Pero el miedo en sus ojos se esfumó al ver a la persona que decidió disparar. Entonces, la furia se apoderó de su cuerpo. Y, sentándose en el césped, movió las manos y cada uno de los hechiceros del lugar comenzaron a morir. Algunos agarraban sus pechos como si estuviesen teniendo un ataque cardíaco. Otros, en cambio, solo caían al suelo, pálidos como la nieve. Algunos eran heridos con sus propios cuchillos y armas. Y yo no lo podía hacer parar de ninguna manera. No encontraba la forma para obligarlo a bajar las manos...ya había herido a Charlotte por accidente, quién sabría qué más haría. Pero fue cuando me interpuse frente a su próxima víctima cuando paró, al ver que me hirió gravemente en el estómago. Entonces miró a su "obra de arte". El bosque estaba bañado en una pintura roja que emanaba un hedor a muerte que se sentía fuertemente en el aire mortífero. Increíblemente, comenzó a caer nieve sin importar que estuviésemos en verano. Su débil cuerpo se tiró al suelo y comenzó a gritar. Gritaba de dolor, con tanta fuerza que sus cuerdas vocales se dañaron al instante. Se tiraba del pelo y golpeaba su cabeza. Yo, desconcertada y asustada, traté de acercarme a él con todas mis fuerzas, y aunque mi dolor era tan fuerte, lo logré. Me senté a su lado y agarré su cabeza para apoyarla sobre mis piernas. Lo traté de tranquilizar. Le preguntaba qué le sucedía, pero él sólo seguía gritando. Lo abracé para protegerlo, traté de utilizar magia, lo cual ya era imposible, él se había quedado con la parte más potente. Podía sentir como mi propio mundo se derrumbaba ante mis pies. Podía ver aquellos sobrevivientes levantándose de a poco, incluido Aaron.
-¡Aaron! ¿Qué diablos le sucede?
-Nunca en mi vida he visto algo así.-susurró con asombro.
-¡Hagan algo para detenerlo!
-No se puede, su magia es muy potente.-dijo uno de los hechiceros.
-¡Váyanse de aquí!-gritó Nick. Tocó el suelo con tanta fuerza que éste retumbó. En un instante todos aparecimos en el hospital de California, pero mis brazos estaban vacíos y mi hermana no se encontraba con nosotros. A mi lado, vi el cuerpo sin vida de Sabrina, desvaneciéndose lentamente como partículas en el aire.
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¿Dónde está Melissa? 2
FantasyDespués de dar su vida por Alex, Nick decide desaparecer para proteger a sus amigos del incontrolable poder que ahora posee, con el miedo de caer en las manos de la oscuridad. Mientras tanto, el grupo trata de buscar a Melissa y a él, y a su vez, e...