¿Dónde está Melissa? 2

Eden

Corrimos con velocidad para llegar al auto lo antes posible, dejando a Chris entrar para que nos contase sobre los planes de su padre. Con miedo y cobardía, nos alejamos de la casa.

-¿Quieres decir que tu padre es el que quiere destruir a todos los humanos? ¿Él es el que creó éste plan?

-Si.-respondió con miedo.

-Adam...sabe que estábamos en su casa. Estuve en la casa en la que vive el hombre que buscó asesinarme desde que nací. Mira si...

-No, nada te sucederá. No mientras yo esté aquí.

Desde el espejo retrovisor, vimos un auto siguiéndonos.

-Chris...dime que ese no es tu padre.

-Son los guardaespaldas de mi padre...y él está con ellos.

-¿Guardaespaldas?

-En este tiempo la empresa de mi padre ganó muchos dinero a la par de enemigos y se consiguió a unos guardaespaldas. Moderno, ¿No lo creen?

-¿Crees que esto es un chiste?-pregunté con preocupación.

-Alex, estamos lejos, tendremos que llamar a Peter para que se vayan del hotel.

-¿Peter? ¿Peter Duval?-preguntó Chris.

-Ahora lo llamo.

-Si me ve, me asesinará.

-Hazlo callar. Ahora.-dijo Adam entre dientes.

-Peter no está contestando.-repuse, ignorando las palabras de mi amigo-Creo que se fue a hacer las compras con Charlie y Ella. Mis padres están en la comisaria con Scott. La única que está en el hotel es Olivia y no responde los llamados. Da la vuelta y desvíalos.

Siguió mis instrucciones, pero los hombres en el auto de atrás siguieron el camino correcto hacia el hotel. Donde Olivia, sola y completamente indefensa, se encontraba.

-No, no lo harán. ¡No lo harán!-exclamó Adam, mientras daba la vuelta bruscamente en la avenida, haciendo ruido con las llantas del auto-No le harán nada a Olivia.

-La trataré de llamar otra vez.-dije con miedo.

-¡Rápido!-me gritó.

-¡Eso es lo que hago pero no contesta!-grité de vuelta.

-¿Olivia Hall?-preguntó Chris, al ver de que se trataba de ella, gritó con temor-¡Apúrate!

-¡Cierra la maldita boca!-exclamé con furia.

El auto seguía en movimiento y sentía adrenalina en mi interior. Sentía que me desmayaría, que no solo estaba por perder a una de mis amigas más preciadas, sino que Nick estaba por perder a lo más importante en su vida. A su hermana. A la que me juré a mi misma proteger después de la partida de Nick. Y fallé. Me fallé a mi misma, a mi promesa. Incluso a Adam, el cual amaba a Olivia. La amaba con su toda su alma, la adoraba de pies a cabeza, la añoraba en los momentos que se encontraban separados. Y me tomé esos momentos, en los que sabía que Olivia no contestaría, para ver su rostro enamorado, en busca de una luz que lo guiase hacia ella con rapidez. En recordar todo lo que es él. Porque, en algún punto, él se volvió dueño de mi corazón. Él lo era todo para mí, mi mejor amigo, mi mano derecha, el que me hacía reír, el que me aconsejaba, el que me brindaba una perspectiva nueva de las situaciones. Mi hermano...mi rosa roja sin espinas. Y si las había, aquellas no me pinchaban. Entonces, toqué su mano, la agarré y cerré los ojos. El auto paró, como yo quería que lo hiciera. Sentí las espinas de Adam en mi dedo, pero las ignoré. Agarré su otra mano, y pensé en su corazón, en la imagen en su cabeza. La observé, y la añoré como él lo estaba haciendo. Entonces, nos sucumbimos en la oscuridad más frívola que había sentido hacía un tiempo atrás. Se aferró a mi mano con fuerza y susurró entre lágrimas: 

-Tu puedes, Alex. Tu puedes. No hay nada que no puedas hacer, te lo aseguro.

Me aferré al pensamiento de Adam, de su corazón latente, de cómo él pensaba de mí. Y pensaba, "¿Cómo es que yo no puedo pensar así de mi misma? ¿Qué es lo que me impide amarme?¿Qué es lo que me impide ver mi reflejo en el espejo?"  Y, como por arte de magia, Adam escuchó mis pensamientos y besó mi frente.

-Tu mente está cegada por tus pensamientos plagados de críticas hacia ti misma. Escucha y siente con tu corazón, solo él sabe lo que en verdad eres. 

Sonreí. Solté de mí interior una clase de magia que nunca sentí en mi vida. Lo cual fue extraño, ya que pensé que se había debilitado. Y en un parpadear de ojos, aparecimos en el departamento, junto a Chris, donde vimos a Olivia en el suelo.

Adam soltó mis manos y se acercó a ella para despertarla.

-¿Qué sucedió?-le pregunté, haciendo lo mismo que Adam-¿Cómo te sientes?

-Un hombre entró aquí y trató de llevarme...-dijo mientras temblaba. 

-Eden.-dijo Chris, sin asombro alguno.

-¿Qué hiciste para escaparte?-pregunté.

-Nada. Una sombra me alejó de él mientras peleaban, pero me durmió. No sé qué más sucedió luego, lo último que recuerdo es al hombre mirando con terror a la sombra.-prosiguió Olivia-Después de eso, ustedes me despertaron...

-¿Viste a alguien aquí?-preguntó Adam.

-Solo a la sombra.

Mientras ellos seguían hablando y se abrazaban, vi cómo la cortina de mi habitación se movía. Entonces me acerqué y me encontré con la ventana abierta. Miré mi mesa de luz con curiosidad. "¿Habrá sido él?", pensaba. En ella, una foto de nosotros dos había sido movida. La agarré y sonreí, mirando al cielo una vez más.

-¿Fue él?-preguntó Chris, interrumpiendo mi momento a solas.

-No lo sé.-respondí-Creo que sí.

-Antes de que me eches, esto es para ti.-dijo mientras me entregaba una carta-Es de tu hermana.

-¿Te dio una carta?

-La noche en la que desapareció me dijo que te diera esto en el momento que nuestros caminos se cruzaran otra vez. Toma, te dejaré sola para que la leas.

-¿Tú la leíste?

-Si. 

-¿Por qué?

-Para poder prepararte.

 Esbozó una pequeña sonrisa y me dejó sola una vez más. Abrí la carta, en la cual se encontraba mi nombre escrito con tinta, y me senté en la cama.

"Alex, esta es tu segunda carta. Aquí hablaré sobre un secreto de nuestra familia. Prepárate para leer lo que te parecerán hipótesis estúpidas de mi parte. Pues, no lo son. Todo lo que te diré lo comprobé. Y odio tener que brindarte tales noticias en estos momentos, pero veo que es necesario. Bueno...así comienza la historia."