Día 5: Duele...

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[En la mañana]

Una fuerte patada en la espalda despertó a la chica, su amo le miraba molesto, ella estaba ocupando el baño, por lo cual la tomó fuerte del brazo, para así arrastrarla fuera del baño, y lanzarla contra la pared, provocando que la joven escupiera sangre, debido al impacto.
Su amo había entrado al baño...
Esta era su oportunidad de huir, por lo cual, a duras penas se levantó, e intentó huir de aquel lugar, la puerta de salida estaba frente a ella, pero el sonido de la misma abriéndose alertó al joven del baño, el cual a gran velocidad fue corriendo hacia la joven, la cual también corría hacia afuera.
Parecía estar cerca de la libertad, pero estaba equivocada, aquel azabache logró atraparla del brazo, apretando con mucha fuerza del mismo, para así tirar la joven hacia adentro de la casa, y lanzarla con fuerza al suelo.

-¡No amo! ¡Por favor! ¡No me lastimes!-
-¡Cállate perra malparida!-
-¡Perdóname!-
-¡QUE TE CALLES!-

La ira dominaba al joven serpiente, el cual apretaba fuerte el antebrazo de la chica, para luego apoyar el antebrazo de esta en el suelo, y así pisarle con fuerza, provocando la ruptura del hueso, partiéndolo en dos de manera horizontal.
Ante aquel dolor, un grito de dolor y agonía escapó de entre los labios de la chica, la cual lloraba en busca de piedad.

-¿¡Quién te crees que eres!?-
-¡Amo! ¡Por favor! ¡Duele mucho!-

Los llantos de la joven no cesaban, y aquel furioso chico decidió tomarla del pie derecho y arrastrarla hasta la entrada del sótano, donde abriría la puerta y lanzaría la joven escaleras abajo, provocado eso por una fuerte patada.
La siguiente acción del joven sería cerrar aquella puerta de una manera brusca, para así marcharse a ver televisión, dejando a la pobre joven en aquel frío y húmedo sótano, donde rondaban las cucarachas y arañas.

-Due...le... Mi brazo...-

Sus lágrimas le impedían ver, y aquel hueso roto sólo le impedía hacer varias funciones.
El dolor era insoportable, al punto de  hacerle quedar inconsciente.

[En la noche]

Ya era de noche, y el dolor volvía a despertar a la joven, la cual tenía pies y manos atados, mientras era brutalmente penetrada por su amo, el cual le estaba introduciendo agujas al rojo vivo en los pezones de la pobre chica.
El dolor era demasiado, y aquel chico serpiente seguía penetrandola con fuerza, mientras sus chillidos no se hacían esperar.

-Ya despertaste~, ¡más diversión para mi!-
-¡A-Amo! ¡D-Duele!-

El joven aumentaba las embestidas, mientras sacaba las agujas de los pezones de la chica, para así morder con fuerza el derecho, provocando gran dolor en la joven.
Aquel pezón era fuertemente mordido, al punto de que la muchacha sintiera que estuviera por ser arrancado de un mordisco, cosa que le provocaba demasiado dolor, y sus fuertes chillidos se mezclaban con el sonido de las fuertes embestidas que le daba su amo.
Muchos dolores distintos se mezclaban, junto al fuerte chillido de la joven, cuando aquel líquido cálido y espeso era vertido dentro de su vagina y útero, cosa que le hizo comenzar a llorar con más fuerza.

-Ku...ro...ha... P-Por favor... No más...-

Su voz ahora era algo ronca y baja, de tanto gritar su garganta también comenzaba a doler, haciendo conjunto del dolor de sus heridas, su hueso roto, sus pezones... ¡Todo! Su cuerpo estaba totalmente maltratado, y aquel chico le miraba con una sonrisa, para que así este se acercara a los labios de la chica, dándole un leve y tierno beso.

-Disfruta el dolor~, perra desgraciada~-

Añadía victorioso, para luego salir de la joven, subir su pantalón y boxer, dedicarle una sonrisa a su víctima, y así marcharse entre risas, mientras la pobre joven lloraba.
Y así se mantuvo, llorando y deseando su muerte, e incluso golpeando su cabeza contra el suelo, hasta que al fin quedó inconciente, durante toda la noche.

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