Su Esclava

Día 1: Nueva Vida

[En la mañana]

Ya había salido el sol, y aquel chico de brillosos ojos amarillos le veía con una gran sonrisa, la impresión de la chica fue darle un puñetazo debido al susto, pero este fue contrarrestado por como él le tomaba la mano y la apretaba con fuerza, al tiempo que reía.

-Buenos días~, esclava-
-¡Suelta! ¡Duele mucho!-
-¿Cómo se dice?~-

El joven apretaba con bastante fuerza, al punto de casi quebrarle los huesos, los chillidos de la virus no se hacían esperar, y con lágrimas en los ojos, decidió responder.

-¡B-Buenos días, amo! ¡Por favor, suelte mi mano!-
-¡Buena chica!~-

Esbozaba una sonrisa de satisfacción, mientras soltaba la mano de ella.
Debido al dolor sufrido, aquella pobre chica no pudo evitar acariciar su mano suavemente, de verdad sentía un gran dolor.
Con un gesto amable, aquella serpiente humana decidió secarle las lágrimas, para luego cargarla por sobre su hombro, y así llevársela a su guarida, la cual era una casa vieja, con dos pisos y un sótano.
Al entrar en la casa, aquel chico despojó de sus ropas a la virus, para así lanzarla al suelo.

-No usarás más esto, hoy es tu primer día conmigo, así que harás lo que yo diga, ¿entendido?-
-S-Si... Amo-
-Bien, ahora...-

Aquel chico parecía que iba a buscar algo, y en efecto, fue en busca de un pedazo de pan, el cual lanzó al suelo, y pateó hasta la joven.

-Tu primera comida~, ¡come!-
-S-Si... Amo-

Arrastrándose hasta aquel pedazo de pan, le tomó con la mano sana, para así comenzar a comerlo, mientras miraba a aquel chico, el cual parecía bastante contento, a decir verdad.
Iba a ser muy largo para ella... Pero esto era sólo el comienzo del primer día.

[En la tarde]

Ya era de tarde, y aquella chica se encontraba en el suelo de la sala principal, estaba observando como su amo veía una película.
Él, al notar la presencia de ella, decidió acercarse, para así tomarle de los cabellos y arrastrarla hasta el baño, donde llenaría la tina con agua.

-¿Nos daremos un baño? Amo-
-No, no nos daremos un baño~

Y así, él  la metió en la bañera, y la mantuvo con la cabeza bajo el agua, mientras ella comenzaba a ahogarse.

-¿¡Quién te dio permiso de ver la televisión!?-
*glub**glub*-Amo- *glub**glub* -¡L-Lo siento!- *glub*

Luego de unos minutos, decidió soltarla, mientras ella se alejaba de la tina, con el rostro y pecho mojados, y las lágrimas cayendo por sus mejillas, de verdad estaba asustada, y ya estaba despreciando aquella decisión que había tomado, aunque... Ahora sus amigos estarían a salvo.

[En la noche]

Ya era de noche, y aquel joven se acercó a su esclava, mientras se mantenía con una gran sonrisa.

-¿Q-Qué puedo hacer por ti? Amo-
-¿Qué puedes hacer? ¡Ja!-
-A-Amo... ¿Q-Que es eso?-

Detrás del joven, en sus manos, traía lo que parecía ser una varilla metálica de 17cm de largo y 5cm de ancho.
La joven le veía asustada y confundida, mientras que este le tomaba del pie y la arrastraba hasta la cama que había en una habitación a un lado de la de él.
Estaba muy sonriente, y sus ojos brillaban en color carmesí, él de manera rápida la ató a la cama con unas sogas, asegurando los nudos, e impidiendo todo movimiento de aquella chica.

-A-Amo... ¿Qué me va a hacer?...-
-¿Qué crees que haré?~ ¡Ahora cállate!-

Él procedió a darle un fuerte bofetón, para luego, y a la fuerza, introducir aquella varilla dentro de la cavidad vaginal de la chica, provocando un fuerte gemido de dolor por parte de esta, y a su vez un leve sangrado.
A

quella sangre que corría desde la entrada de la vagina de ella, hasta el colchón, tenía un aroma agradable para el chico, el cual pasó su dedo por esa zona, así luego llevándolo a su boca, para poder saborear la sangre.

-Tu sangre es deliciosa~-
-Amo... Duele...-
-¡Cállate! Perra-

Muy molesto, comenzaba a meter y sacar aquella varilla del interior de la vagina de la chica, provocando los gemidos de dolor de la misma, además de un leve sangrado.
Los gemidos de la chica comenzaban a excitar a su agresor, haciendo que comenzase a notarse aquel bulto en su pantalón, el cual era provocado por su erección.
Por lo cual, aquel chico decidió dejar la varilla introducida en la vagina de la virus, para así bajar su pantalón y boxer, dejando al descubierto su erecto pene.
Así se acercó a la chica, y quedando frente a la cabeza de ella, le sonrió mientras agarraba aquel miembro.

-¡Mira lo que hicieron tus gemidos! ¡Maldita zorra!-
-L-Lo siento... Amo...-

Con aquella sonrisa de satisfacción, el chico comenzó a masturbarse frente a ella, mientras una serpiente comenzaba a deslizarse por el suelo de la habitación.

-¡Serpiente! ¡Adentro!-

En obediencia a su creador, aquella serpiente tomó con sus fauces la varilla de metal, para así lanzarla al suelo, para así comenzar a introducir su ancha cabeza por el estrecho orificio vaginal de la joven, provocando que ella comenzara a dar gritos de dolor.
Aquella agonía parecía eterna, hasta que Kuroha terminó por eyacular en la cara de ella, llenándola de espeso y caliente semen.
Con un chasquido de dedos que hizo, aquella serpiente salía del interior de la joven, provocando un pequeño hilo de sangre salir por la comisura de los labios vaginales de ella.
Aquel muchacho y su serpiente se marchaban de la habitación, dejando a la pobre y adolorida chica atada en la cama, llorando en silencio, hasta que ella cayera dormida por el cansancio.