Día 8: Esto... Es muy raro...

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[En la mañana]

Una pesadilla había despertado a la chica, la cual se veía agitada, sus ojos eran idénticos a los de un pescado, debido a la carencia de vida en los mismos.
Ella decidió intentar despertar a Kuroha, mientras le veía fijamente.

-Amo~, despierta~-
-Mmmm... Cinco minutitos más...-
-Amo...-
-Mamá... No quiero ir a la escuela...-

Este se volteaba dándole la espalda a la chica, la cual decidió dejarlo así, para levantarse en silencio e ir al baño.
Claramente debía ir a un médico, para colocar un verdadero yeso a su brazo, pero el sonido del ropero despertó a su joven amo, el cual fue hacia ella y le tomó del brazo.

-¿Qué buscas? ¿Acaso piensas irte?-
-Amo... ¿Y si me llevas al médico por el hueso roto?...-
-Mmm... Bueno...-

Aquel joven no tenía buena espina con que ella saliera, pero decidió hacerle caso, por lo cual la llevó al baño, para así bañarla con cuidado, lavando su cabello con delicadeza, para luego de terminar todo eso, secarla y colocarle la ropa interior, seguido de una remera de manga corta, las medias y la falda, pero dejándole el cabello suelto.
Ella resultaba algo atractiva para él en ese momento, y eso se vio reflejado en cómo el agarraba uno de los glúteos de la misma.

-Te ves linda~-
-Gracias...amo...-
-Vamos~-

Así la tomó en brazos, para salir fuera de la casa, y dando saltos de grandes distancias, la llevó hasta el hospital más cercano, donde un doctor trataría aquella fractura, mientras el joven le esperaba afuera de la sala.
La joven se estaba demorando, lo cual le ponía impaciente a su amo, pero no podía hacer nada, por el echo de estar en un hospital.
Pasaban los minutos y las horas, hasta que la chica salió con el yeso en el brazo, y parecía estar más curada que antes.

[En la tarde]

Aquel doctor dio una mirada de desprecio al joven, el cual cargó a su esclava, y así volvió a aquella vieja casa, donde él vivía.
Entrando al lugar, aquel joven llevó a su esclava hasta el sofá, donde la acostó y beso levemente en aquellos delicados labios.

-Algo me he divertido estando contigo~-
-Amo...-
-Dime-
-Ayer... Me divertí mucho...-
-¿Quién dijo que yo no? Tus gemidos son cual perra en celo~-
-Si...-
-Antes de que fuéramos... Me dieron ganas de comer estás ricas piernas~-

Y así el joven retiraba las medias de la chica, seguido de la falda de ella y sus bragas.
Aquel joven separaba las piernas de la muchacha, para así juntar sus manos y agradecer, ya que iría a comenzar a lamer los labios vaginales de la chica, exactamente cerca del clítoris.
Un fuerte gemido salía de los labios de ella, mientras aquella húmeda lengua semi-reptil pasaba lentamente por su clítoris, y así los dedos del chico separaron los labios vaginales de ella, para dar comienzos a lamidas en la entrada de la vagina de ella, ascendiendo hasta su clítoris, dejando húmeda la zona.
C

iertamente estaba excitando mucho a ambas partes, y eso se reflejaba en un miembro erecto y una vagina muy húmeda.
Los gemidos de la joven resonaban en aquella habitación, hasta que un fuerte gemido dio lugar a un potente orgasmo, donde los fluidos vaginales aumentaban en cantidad de secreción, dando cierto "festín" al joven que se encontraba lamiendo todavía.

-A...Amo...-
-Dime~, por cierto, estás muy mojada, perrita~-
-S...Si... M..Me gustó...-

Aquella virus ya estaba algo agitada, debido a la necesidad de más aire por la aceleración de su corazón.
Su respiración era entrecortada, sus mejillas ardían, pero todo su rostro pasó a volverse rojizo, debido a un beso, un beso que estaba recibiendo en sus húmedos labios.
Aquel beso tan apasionado y lascivo, que expresaba lo que sentía aquel joven en ese preciso momento.
Un intenso juego de lenguas acompañaba el beso, en conjunto a manoseos y frotamientos.
Ambos se estaban estimulando mutuamente, siendo que aquel chico frotaba su erecto miembro contra los labios vaginales de la joven, sus manos le manoseaban los senos, y su lengua reptil recorría cada centímetro de la boca de su esclava.
Aquel lascivo jugueteo acababa con la eyaculación del joven, dejando líneas de un caliente y espeso semen, líneas localizadas en el abdomen y pecho de la joven, la cual tenía totalmente lubricada la zona de su vagina y labios.

[En la noche]

El sol ya había caído, y aquel juego de adultos ya había llegado al punto de hacer pasar rápido la tarde, ambos jóvenes se encontraban acostados juntos, abrazados el uno al otro.
Aquella joven aún sentía algo extraño dentro suyo, le parecía extraño los tratos que estaba recibiendo, pero decidió mantenerse en silencio.

-Oye~, esclava~-
-¿Qué ocurre? Amo-
-Me divierto mucho contigo~, ¡pero golpearte es más divertido! Es una pena que deba esperar~-
-Si... Es una pena...-
-Sabes~, ¡detesto que intentes huir! Tú decidiste ser mi esclava~, entonces te quedas conmigo-
-Entiendo... Amo...-

La joven ahora se sentía algo decaída, en cierto modo no le gustaba ser esclava de alguien, pero el ser tratada bien, en estos últimos días, le parecía muy bonito.
Y decidió dar una recompensa a su amo, por tan buenos tratos, así que decidió levantarse, para así preparar un buen katsudon, de seguro a su amo le gustaría la carne de cerdo.
Le estaba costando mucho hacerlo, pero a duras penas, al fin lo había logrado, y muy victoriosa, fue donde el chico serpiente, y dio aquel plato de comida japonesa.
El muchacho disfrutaba aquella comida, le había gustado mucho, lo cual se reflejaba en una gran sonrisa en su rostro.

-Esta... ¡Delicioso!-
-Muchas gracias, amo, me agrada el que le guste mi comida-
-Quedó muy deliciosa~, mis felicitaciones a la zorrita de la chef~-

Ya habían terminado de cenar, y la virus decidió lavar los platos, mientras su amo preparaba la cama para ambos, ambos parecían muy felices, y así de felices fueron a dormir juntos, quedando abrazados el uno al otro, mientras una serpiente les rodeaba.
Otro día, que fue de los mejores desde aquel trato, que cambió a ambos, posiblemente para siempre.

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