[En la noche anterior, en la casa de Kuroha]
-¡COMO TE ATREVES A ESCAPAR! ¡ERES UNA PERRA! ¡UNA IDIOTA!
-¡Lo siento amo! ¡Perdóneme!
-¡Es hora de tu castigo, zorrita!
-¡Por favor, no!Gritaba pidiendo piedad, mientras era atada a una cama a la fuerza, con su cuerpo al desnudo, y su brazo roto a nada de quedar en un estado más crítico que antes.
Una gran sonrisa se veía en su compañero, el cual salía de la habitación y en unos minutos volvía con un maletín, del cual procedió a sacar unas herramientas algo extrañas, pero a la vez curiosas.-Probemos estos nuevos juguetitos que compré~, suponía que en cualquier momento tú intentarías huir, así que decidí comprarlos para jugar un rato~, ¡comencemos por este!
Sacaba una especie de garras metálicas en tamaño pequeño, mientras reía de manera algo perversa.
-Tal vez no sean del tamaño querido... ¡Pero sirven!
-¿Qué hará?... Amo...
-Ya verás~Comenzaba a reír mientras pasaba aquellas garras por la piel de la joven, causando tal presión que comenzaba a crearle heridas no muy profundas pero si largas.
Este método parecía gustarle, pero decidió tomar unas plaquetillas unidas con tornillos y las colocó en los pulgares de la joven, así apretando las tuercas y oyendo como lentamente se le partían las falanges y uñas de ambos pulgares de sus manos.
La joven gritaba en agonía, hasta que en determinado momento su amo se aburrió, y decidió parar con la tortura, para así ir hacia la cocina y prepararse comida.
La chica se encontraba llorando y chillando, hasta que perdió la consciencia, un paño cubría su nariz, haciendo que perdiera la consciencia por el aroma del cloroformo.[En la habitación de Shintaro]
Con lágrimas en los ojos, aquel joven deprimido intentaba percibir mejor aquella silueta que le había detenido, silueta la cual le limpió las lágrimas, para luego acomodar su bufanda carmesí.
-¿Ayano?...
- Shintaro-kun, no deberías hacer eso.
-¿Enserio eres tú?...
-Deja esta tijera...Decía la joven con una serena sonrisa en su rostro, mientras le quitaba la tijera y la guardaba dónde debía ir.
Su amigo se encontraba muy confuso, demasiado a decir verdad.-¿Qué haces aquí?...
-Sólo intentaba salvarte, Shintaro-kun.
-No necesito tú ayuda...
-Lo sé... Pero... Olvidalo...
-¿Olvidar qué?
-Adiós, Shintaro-kunComenzaba a irse la joven, mientras perplejo le miraba su amigo.
-¡Ayano! ¡Espera! ¡No me dejes!
-Lo siento... Estoy muerta.Dijo con una sonrisa, para luego salir por la puerta.
Shintaro fue detrás de ella, pero al cruzar la puerta, notó que ella ya no estaba, dejándolo muy confundido.[Hoy en la mañana]
Abriendo los ojos, algo confundida miraba a su alrededor aquella joven virus, puesto que no reconocía el lugar donde se encontraba.
Hasta que algo le cubrió los ojos, no permitiéndole volver a ver su entorno.
Aquello era cálido y de aroma familiar, con una textura que había sentido antes.
Algo la estaba tomando del cuello de las ropas y acariciando su blanco cuello, y ese algo le inclinaba la cabeza hacia arriba.
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Su Esclava
Fanfiction-no spoilers- (Cada tanto o actualizaré con un nuevo capítulo, o actualizaré un capítulo que no haya llegado a la hora de la noche.) (También puede que cuente día a día lo que les ocurre, me salteé algunos días, pase a las semanas o incluso meses.)