Día 3: Odio y sufrimiento

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[En la mañana]

La chica ya se había despertado, el gran dolor que sentía le impedía despegar sus manos de la zona de su entrepierna, tenía algunas quemaduras no muy graves en el clítoris, los labios vaginales y la entrada del ano.
Las lágrimas comenzaban a brotar de los ojos de la chica, cayendo rápidamente por sus mejillas.
Su amo se encontraba acostado junto a ella, parece que había quedado dormido, algo dentro de la joven comenzaba a arder dentro de ella, era el odio que le había generado el dolor que su amo le había causado, tenía dos opciones, vengarse o marcharse en silencio.
Decidió hacer la primera opción, por lo cual se acercó al joven, para así tomarle por el cuello, comenzando a ahorcarle con todas sus fuerzas, lo que provocó al joven despertándose y comenzando a toser, pues la falta de aire comenzaba a ser notoria, hasta que este propinó un fuerte puñetazo al abdomen de la chica, haciendo que esta fuera lanzada contra la pared, y por el golpe está misma comenzó a escupir sangre mientras tosía.

-¿¡Qué crees que haces!? ¡Maldita perra!-

Aquel joven, a paso firme se acercó a la virus, para así propinarle fuertes patadas en el abdomen, seguido de tomarla del pie y llevarla arrastrando hasta el baño, donde introduciría la cabeza de ella en una cubeta de agua, así comenzando a ahogarla.

-¡Nunca me desafíes! ¡Perra desgraciada!-
*glub**glub* -¡L-Lo siento!- *glub**glub*
-¡Cómo te atreves a intentar asesinarme! ¡Maldita zorra!-

Kuroha de verdad estaba enojado, y se veía en como estaba tratando a su esclava, la cual quedó inconsciente por la falta de aire, lo cual Kuroha aprovechó, de la ira y el enojo, la tomó de los cabellos, para así llevarla arrastrando hasta el sótano.
Aquella chica seguía inconsciente, y su amo decidió aprovechar para hacer algo, lo cual ella comenzaría a lamentar.
Kuroha procedió a bajar sus pantalones, seguido de sus boxer, para así introducir su erecto pene dentro de la vagina de la chica, y así comenzar con la violación, donde daba fuertes embestidas, mientras causaba lesiones al cuerpo de la chica con un pedazo de metal afilado, el cual se encontraba en el suelo de dicho lugar.
Sus embestidas eran bestiales, y el sonido de sus caderas chocando contra las de la inconsciente chica comenzaba a resonar en el lugar.
La joven comenzaba a retomar consciencia, cuando al notar aquella escena comenzaba a llorar e intentar huir, lo cual era en vano, ya que el azabache la sostenía por las muñecas mientras la embestía.
Aquel miembro erecto se volvía más grueso dentro de la chica, la cual pedía ayuda a gritos, lo cual era inútil, nadie podría escucharla.

-¡Cállate!-
-¡Ayuda! ¡Por favor!-
-¡Silencio!-

El enojo era inmenso, así que el chico decidió darle reiteradas bofetadas, mientras la penetraba brutalmente, hasta que llegó el momento, el clímax del chico estaba cerca, por lo cual decidió dar una embestida donde la penetraba introducía todo su pene en la vagina de la chica, haciendo que este eyaculara en el útero de la joven, la cual comenzaba a llorar desconsoladamente.
Kuroha sonreía malicioso, mientras se retiraba de dentro de la joven, para así subir su boxer y su pantalón.
Su mirada se centraba en la chica que lloraba, para que este le propinara una patada en el mentón y se marchara riendo, dejando a la pobre chica en el sótano, durante toda la tarde, toda la noche, mientras ella lloraba y se limpiaba la sangre que corría por un lado de la comisura de sus labios.
Ella se quedaría  encerrada en aquel húmedo y oscuro lugar, mientras las lágrimas mojaban su cuerpo, ese cuerpo pálido con moratones, quemaduras, sangre y heridas no muy profundas.

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