-¿Qué te pasa ____? Estas algo rara.- pregunto Tiffany, preocupada.
-Nada, es solo que hoy es el día de esa horrible cena.- dijo Maddie.
-Oh Maddie, si tu padre te la quiera presentar es porque es muy importante para él. Además el hecho de que ahora tenga una novia no significa que no te ame con todo su corazón.-hablo de nuevo rubio y luego le acaricio el cabello.
-No lo sé.- susurro la pequeña.
El timbre sonó y ambas entraron a su salón.
Horas después la hora de salida llego y Maddie se fue a su casa.
Al igual que siempre, cuando llego a su casa, no había nadie.
Ella se dirigió a su cuarto, se saco el uniforme y se puso algo más cómodo. Se quedo en su cuarto hasta que su padre volvió del trabajo.
Cuando su padre llego lo primero que hizo fue correr escaleras arriba y golpear la puerta de la habitación de su hija. Maddie abrió la puerta y le dijo:
-¡Papa llegaste!
-Y traje algo para ti.-dijo Greg entregándole una caja grande violeta.
La chica la abrió y vio un hermoso vestido rosa.
-Es hermoso, gracias.-dijo ella.
-Lo vi de camino aquí y pensé que te gustaría, para la cena de hoy. Porque ya sabes que es algo formal.-hizo una pasa y continúo:- Te dejo que te lo pongas, porque ya deben estar por llegar.
Greg se retiro y dejo a Maddie sola. La joven se puso el vestido, dejo su largo cabello suelto y bajo las escaleras, a medida que iba bajando más fuerte se escuchaban tres voces.
Al llegar al living vio a una mujer castaña muy hermosa, que parecía la más o menos de la misma edad que su padre y justo a ella un chico pelirrojo, que la miraba atentamente.
Continuara.
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