Treat You Better ~Draco Malfoy

Slytherin

(NARRADOR)

-Malfoy, Draco.

El niño avanzó con aire de superioridad hacía la silla donde sería seleccionado para su casa, pero aunque no se le notara, estaba muy asustado.

El sombrero seleccionador no se lo pensó dos veces y nada más rozar la cabeza del joven este bramó:

-¡Slytherin!

Y la mesa de esta casa estalló en aplausos.

-Todos los magos que se han echado a perder fueron de Slytherin.- Susurró un niño llamado Seamus Finnigan, Harry y Ron lo escucharon y miraron hacia la mesa adornada de verde y plata, donde Avralia los miró sonriendo.

Potter, que había entablado una amistad con la chica se sintió un poco mal, ya que decían que esa casa era malvada.

Ron se percató de eso y enseguida le dijo:

-No le hagas caso Harry, es cierto que la mayoría de magos tenebrosos provienen de Slytherin, pero no te preocupes por Ava, ya te he dicho que es increíblemente genial.

-No lo dudo Ron.-Dijo y le devolvió la sonrisa a la chica.

-Weasley, Ron.- Lo llamó la profesora MacGonagall.

Este avanzó temeroso y para su suerte acabó quedando en Gryffindor junto a todos sus hermanos.

-Potter, Harry.

El Gran Comedor se llenó de susurros.

El chico volvió a mirar hacia la mesa de las serpientes y Ava subió los pulgares hacia arriba dándole un poco de seguridad, y también miró a la mesa Gryffindor donde se hallaba su nuevo amigo y la chica rara del tren, Hermione Granger.

Cuando le pusieron el sombrero en la cabeza, se puso muy nervioso, la frase "Todos los magos que se han echado a perder fueron de Slytherin" retumbó en su cabeza junto a la voz del sombrero parlanchín, que le propuso quedar en esa casa, pero por decisión final de Potter, se lo pensó mejor.

-¡Gryffindor!

Un alivio inundó en su pecho, no quería compartir clase con Malfoy, y como su amiga es mayor, no se verían casi.

Harry fue hacia la mesa de su casa donde fue recibido con mucha emoción.

-¡Tenemos a Potter, Tenemos a Potter!- Gritaban sus nuevos compañeros.

La joven Snape lo miraba un poco apenada, le hubiera gustado tenerlo más cerca para poder vigilarlo y protegerlo.

● ● ●

(NARRA AVRALIA)

Resultó que el niño rubio de antes si se trataba de el hijo de los Malfoy, Draco.

Se había sentado justo a mi lado, este me miró sonrojado por un momento al principio, pero no lo volvió a hacer, quería hablarle, pero antes de que pudiera hacerlo, Draco se giró y así quedamos cara a cara.

-Hola, -Se le veía confiado, para haber estado temblando como un chihuahua hace un momento en la selección- Soy Malfoy, Draco Malfoy.

-¡A Comer!- Dijo Dumbledore y toda la comida apareció en la mesa.

(NARRA DRACO)

Le tendí una mano la cual estrechó al momento y sonreí como un idiota.

-Soy Avralia Snape, puedes llamarme Ava, encantada de conocerte.

Su apellido me llamó la atención.

Es la misma chica que ví en el Callejón Diagon recogiendo a Potter en la tienda de Madame Malkin, en ese momento me arrepentí de haber intentado ser su amigo, Avralia es preciosa, me entraron celos, por su puesto ¡No se fijó en mi! O a lo mejor lo hizo y lo disimuló, Si, tuvo que ser eso, por Merlín soy Draco Malfoy.

-¿Tus padres son Lucius y Narcisa Malfoy, verdad?- Me preguntó e hice una mueca de suficiencia, seguro que la he impresionado.

-Si, ¿Y tú eres la hija de el profesor Snape?- Dije un poco asombrado y ella río.

Intentaré hacerla reír más veces, me encanta su sonrisa.

¡Por Merlín! ¿Que me está pasando?

-¡Si! Es mi padre.

Hablamos un poco sobre Hogwarts y los sangre sucia mientras comíamos, piensa muy diferente a mi y a mi padre, me cuesta creer que tiene parentesco con Severus Snape ya que el también era un Mortífago, pero a pesar de eso me gusta como habla, se le ve hasta un poco Hufflepuff a veces, pero en ella queda hasta adorable.

¡Acabo de decir que Hufflepuff es adorable! Espero que mi padre no se entere de esto.

(NARRA AVRALIA)

Se parece muchísimo a su padre, arrogante y racista, no me suelen atraer ese tipo de personas, pero me parece interesante, me gustaría conocerlo más.

En lo que llevamos hablando me he dado cuenta que no paro de mirarle a los ojos, y sólo a los ojos, son muy bonitos.

-Bueno, tengo que ayudar a el otro prefecto de Slytherin ¿Quieres venir conmigo al principio de la fila?

-Por supuesto, pero... ¿Ayudar a el prefecto?- Dijo asombrado- ¿Qué año cursas?

-Tercero, pero me ocupo de cosas como esa, ya sabes, Dumbledore y mi padre se llevan bien- Le guiñé un ojo y sus palidas mejillas se tornaron a rojas levemente, yo sonreí, me gusta verlo vulnerable cuando se le nota tan subidito.

Encabecé la fila de alumnos de mi casa junto a mi compañero.

-¡Primero conmigo por favor!- Grité.

Todos los niños más pequeños hicieron otra fila delante mía y los guié por delante de el otro prefecto, hacia las mazmorras. Mientras, le contaba anecdotas y cosas sobre Hogwarts, peeves estuvo molestando por el fondo, menos mal que el varón Sanguinario (El fantasma de nuestra casa) estaba ahí para hacerlo irse.

-Muy bien, esta es la entrada a nuestra sala común, la contraseña es "Sangre limpia"

La puerta se abrió y entramos todos.

-Chicas pasillo de la derecha y chicos pasillo de la izquierda, los niños no pueden entrar a los dormitorios de las niñas, si cruzais sonará una alarma y sufrireis un pequeño maleficio temporal, como pelo azul o quedaros sin cejas, obvimente eso fue idea mía, si no lo creéis podeis preguntárselo a mi ex novio.

Varios alumnos rieron, entre ellos Draco.

-Vale, eso último es broma- Reí yo- mi habitación individual se encuentra subiendo esas escaleras de ahí- Señalé- si tenéis una duda, algún problema o no sabéis donde están las clases, no dudéis en preguntarme, vosotros sois mi prioridad y mi responsabilidad.- Pausé- Ya podeis iros, encontraréis vuestras pertenencias encima de la cama, buenas noches.

-¡Buenas noches Ava!- Dijeron todos y se dispersaron.

Todos menos Draco.

-¿Pasa algo Draco?

-Si, digo...No, Bueno, quería... darte las buenas noches.- Me dijo nervioso ¡Qué mono!

-Bien, -Dado que es mas bajo que yo, me agaché y le dí un pequeño beso en la mejilla- Buenas noches.

-Buenas noches- Sonrió, pero está vez de verdad, sin muecas y se fué a su cuarto.

Escuché a los alumnos mayores entrar, así que subí yo al mio y preparé las cosas para mañana.