Treinta y Cuatro

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Antes de salir iré mi reflejo en el espejo, ya no era la misma Lucy de 16 años que empezaba el año escolar. Muchas cosas habían cambiado en mí; mi forma de ser, de ver las cosas mi forma de pensar y hasta mi apariencia; las hormonas trabajaban sin descanso ahora. Era una Lucy más grande, una Lucy de 17 años que había cambiado en todos los aspectos.
El taxi llegó, salí primera para que mi mamá cerrara la puerta. La esperé, mientras el conductor abría la puerta del auto para nosotras. Cuando ambas avanzamos hacia el auto, vi a Shawn observándome desde su jardín, ¿qué hacía ahí? ¿por qué yacía parado en la oscuridad detrás de un árbol? Decidí ignorarlo, era lo más asertivo en ese momento.
Mi madre y yo ingresamos al auto, nos sentamos y emprendimos el viaje. Me coloqué los audífonos y me encerré en mis pensamientos. No podía quitar de mi memoria la mirada fija de Shawn sobre mí, era una combinación de sorpresa con melancolía y vergüenza.

Al llegar al hotel, observé que muchas personas sumamente elegantes bajaban de sus autos y caminaban sonrientes hacia el salón principal. Muchas chicas de mi edad, entre pelirrojas y rubias, caminaban del brazo de sus padres, o de sus enamorados con vestidos clamorosos y brillantes que las hacían lucir como modelos de Victoria's Secret. Las madres iban luciendo toda la joyería que poseían y sonriendo a todo el mundo con gestos muy exagerados, que parecían hipócritas.

No quería bajar, me sentía muy incómoda. Mi madre lo notó porque me tomó de la mano y me dijo: "Tú perteneces a este lugar."
Entendí lo se trataba de decirme, pero aún así me daba mucha vergüenza... SER YO MISMA. Me dio un tierno beso en la frente que me dio confianza.
Salimos del auto e ingresamos luego de mostrar la invitación. Mi madre y yo nos ubicamos en una mesa del centro, pues tenía nuestro nombre. Mi madre me indicó la mesa en la que mi profesor yacía sentado, a dos mesa de la nuestra hacia la izquierda. Me despedí con un beso en la mejilla y un abrazo muy fuerte.

- Vuelves pronto, ¡EH! - me guiñó un ojo.

- Está bien, má. - le sonreí.

Mi madre estaba más afectuosa de lo usual, tal vez porque yo estaba creciendo demasiado rápido.

- ¡Buena noche, profesor! - le saludé sonriente.

- ¡Señorita Huschen! - sonrió y se levantó para estrecharme la mano. - Me alegra verla. Le presento a mi hijo. - sonrió - ¡Francisco! - exclamó.

- Yo ... - iba a comentar algo, pero guardé silencio, no porque quisiera sino porque su hijo era muy guapo. ¡Lucy, tienes enamorado!

- Francisco, ella es mi alumna preferida, la señorita Lucy Huschen

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- Francisco, ella es mi alumna preferida, la señorita
Lucy Huschen. - sonrió y me observó con orgullo.

- Mucho gusto, señorita Huschen. Mi nombre es Francisco Cunningham. - estiró su mano y la estreché respetuosamente. Electricidad recorrió todo mi brazo - Mi padre me ha hablado mucho de ti durante el trayecto. Espero que con tu talento esta noche logres impresionar a los rectores y obtengas una beca en la MIT, como yo. - me sonrió.

- ¿Tú estudias becado en el Masachusets Institute of Technology? - dije con asombro.

- No, aún no. - sonrió - Me otorgaron la beca en Ingeniería de Sistemas hace un mes; mis clases empezarán dentro de dos semanas.- suspiró feliz - Si te otorgan la beca en Literatura hoy, empezarías tus clases en la universidad un mes después de que termines la escuela. Yo estaría un ciclo avanzado. - rió - Pero eso no significa que no podamos vernos y ser amigos. - ¿Amigos? ¿dijo "amigos"? ¿quiere ser mi amigo? Espera... ¡¿Dijo que me darían una beca hoy?! ¡¿En literatura?! ¡Mis padres enloquecerán! Se suponía que estudiaría otra carrera, una con mejor sueldo. ¡Rayos! Un momento... ¿Cómo me darán la beca?

- Francisco, ¿cómo que me podrían otorgar una beca esta noche? - le pregunté confundida.

- ¿Mi padre no te ha dicho nada al respecto? -

- No. - dije alarmada - ¿Tengo que decir o hacer algo? -

- No. - se apresuró en contestar, el profesor Cunningham - Yo he enviado cada redacción que me ha entregado durante el año escolar a los rectores y seleccionadores de tres universidades distintas: Standford, Harvard y por supuesto a la MIT. De todas las redacciones que leí en mis años cono maestro, las tuyas fueron las más concisas y objetivas. Es por eso que te di la invitación, era para ti, solo que no sabía cómo decirte que a tus espaldas te busqué una beca universitaria; no es sencillo decirlo ahora tampoco. - rió nervioso.

- Profesor, muchas gracias, pero ... - guardé silencio.

- ¿Pero ...? - me preguntó Francisco.

- Pero debo estudiar otra carrera, mis padres quieren que yo ... -

- ¿Tu madre está aquí no es así? - me interrumpió el profesor Cunningham. - Sí. - se respondió solo luego de ver a mi madre a unos metros y continuó - Bueno, pues hablaré con ella. Estoy seguro de que no rechazará una beca en la MIT. - el profesor caminó hacia mi mesa decidido.

- Pero ... -

- Deja que vaya. - dijo Francisco - Es lo correcto.

- A estas alturas... Ya no sé qué es lo correcto. - suspiré.

- Tranquila. - sonrió.

Francisco y yo conversamos sobre diversos temas, desde problemas en la actualidad hasta cuáles eran nuestras series favoritas. Era muy divertido y amable, me agradó muchísimo.
Cuando la charla comenzó, me despedí de Francisco y regresé a mi mesa, en donde mi madre y mi profesor hablaban sobre cómo me iría en la universidad. Mi madre me sonrió y me guiñó el ojo, era la señal de que estaba de acuerdo con la beca. Mi anciano profesor se levantó y se despidió camino a su mesa.
Los rectores comenzaron a dialogar acerca de diversos temas, al parecer hoy se entregarían varias becas; una por carrera.
Al culminar su charla sirvieron Champán y comenzaron a mencionar a los acreedores de nas becas. Cuando terminó con las ingenierías y carreras artísticas, había llegado el momento decisivo.

- Para la facultad de Literatura, seleccioné a un talento increíble, que me enorgullece sobre todo porque es mi hija. - el hombre rubio se pausó y derramó una lágrima falsa - Katherine Ross, hija mía... ¡Bienvenida a Harvard! -
Una chica de mi edad, que llevaba un vestido dorado muy brillante subió al escenario sonriente. Era alta y muy simpática, parecía una modelo a punto de desfilar en una pasarela.

El próximo rector en llamar a un joven pelinegro y alto, llamado Garret Hurtado, fue el de Standford; un hombre anciano de cabellos plateados y sonrisa enternecedora.

Por último el rector de la MIT se levantó y mencionó lo orgulloso y emocionado que estaba de otorgar la beca a una jovencita sin fronteras esa noche.
- Es totalmente un honor otorgarte esta beca, y me alegra haber sido el más rápido en escogerte. - rió y miró a los otros rectores - Sin rencores ¿verdad? - sonrió y los otros dos hombre hicieron lo mismo - Es por eso que esta noche le otorgo una beca completa para la carrera de Literatura Universal a la señorita... Lucy Huschen. Quien ha demostrado ser ... - Lo demás no lo escuché, al oír mi nombre sentí que debía levantarme y todo a mi alrededor lo observé en cámara lenta. Era mi momento... Era el principio de una nueva historia.

FRIENDZONE (Shawn & tú) - TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora