La princesa sombra.

Ahora o nunca.

Eclipse: Día 8.

Danny estaba en la etapa final de su entrenamiento, sin duda alguna había mejorado bastante, ahora solo hacía los movimientos necesarios para evitar los obstáculos y los golpes, incluso logró identificar a la verdadera María de sus duplicados en el primer instante. La joven maestra sonrió satisfecha.

-Muy bien, realmente has mejorado -aseguró acercándose al joven.

-¿En serio?

-Sí, ahora lo más importante. Tú entrenamiento físico ha estado impecable, falta tú entrenamiento mental, pero descuida, no será demasiado.

-Bien -Danny siguió a María hasta el salón pentagonal.

Dan vio al joven y a su maestra desaparecer tras el umbral de la puerta; dio un suspiro, estaba aburrido. Reloj y los demás habían salido nuevamente; a pesar de que el fantasma del tiempo le había ofrecido a que los acompañara, él se negó, si hubiera sido solo Reloj no le habría importado, pero como los demás también fueron, la idea no le agrado tanto. Tal vez él también debería practicar para matar el tiempo... "matar" que desagradable juego de palabras.

María salió de la casa descubriendo a Dan quien luchaba contra un duplicado, aunque para ser más exactos, parecía como si tratara de matarse a si mismo. La joven voló hasta él.

-¿Qué es lo que haces? -pregunto cuando estuvo lo suficientemente cerca.

-¿Hace cuanto que estas ahí? -Dan se dio la vuelta mientras su duplicado volvía a unirse con él.

-No hace mucho. Por cierto, si no mal recuerdo, te llamabas Dan Phantom, o algo así ¿cierto?

-Sí.

-Fue de gran ayuda lo que hiciste el otro día, gracias a eso Danny esta a pocos pasos de completar el entrenamiento.

-Entre más pronto nos vayamos mejor.

-... "algo ha cambiado en él".

-¿Eh?

-Eso es lo que dijo Reloj. Él me contó todo lo que hiciste en los diez años de tu línea del tiempo, de lo que trataste de volver a hacer, y de lo que estas haciendo ahora; el cambio en ti ha sido muy notorio, la pregunta es ¿qué es lo que te hizo cambiar?

Dan se quedó en silencio unos segundos, de repente, recordó la visión que tuvo de la vez anterior, nuevamente pudo sentir ese aroma a sangre impregnado en su ropa, el sonido de los gritos y explosiones, pero sobre todo, las miradas de miedo que le daban las personas.

-Yo solamente, me he dado cuenta de lo idiota que fui.

-Ya veo -María guardo silencio unos segundos -A propósito Dan, necesito pedirte algo.

-¿Qué es?

-Es... relacionado con Danny.

Luego de unas cuantas horas, Danny ya estaba listo para poner en práctica su fuego fantasma; según María, ahora no debería haber ningún problema en usarlo. Los demás ya habían regresado de la ciudad y ahora miraban al joven fantasma quien estaba en medio de un circulo, en dónde estaban ocultos varios objetivos que Danny debía quemar usando su nuevo poder.

María accionó el primer objetivo. Danny tomo aire, se centró en el, y sacó el aire a modo de una gran llamarada blanca. Primero fueron los objetivos tangibles, inmediatamente siguieron los intangibles, con los cuales no hubo mayor problema. El joven fantasma usó repetidamente aquel poder sin sentir cansancio alguno.

-Bien, lo has hecho perfecto -felicitó su joven maestra.

-Gracias, peroes extraño; fuego y hielo, creo que es una extraña combinación -dijo Danny. María rió un poco.