Fighting To Death. (Terminada)

Capitulo 47: Todo se sale de control.

  En la sala, justo en frente de la cocina, había una mujer tirada en el suelo mientras la sangre corría fuera su cuello. La mujer está igual de sucia (o eso era lo que yo suponía que era) que el hombre que observé no hace mucho tiempo, inclusive la "W" de su frente, pareciera una cicatriz de una cortadura.

– Ella fue la que grito – exclama Jessie para tirar las tijeras llenas de sangre a un lado, se sienta en el suelo y coloca sus muñecas en su frente.

Rick se acerca a ella y le pregunta si esta bien, colocando una mano en su hombre. Jessie solo asiente mirando hacia el suelo.

– Esto era lo que iba a decirte – Rick se gira y me mira extrañado, lo suficiente para parecer intrigado y volverme hacer hablar – vi a un hombre entrando por el muro con la misma doble v en su frente – señaló a la mujer ya casi muerta – la misma que tenían aquellos hombres que mataron a Ty esa vez en el bosque.

El me mira un poco desconcertado, pero al escucharse otro grito, comienza a dar algunas órdenes.

– Quiero ayudar – Carl da un paso adelante de forma voluntaria.

– No, tú irás a buscar a tu hermana y ponerla a salvo. Ayudarás a todos los que puedas, aún no sabemos con quién tratamos – lo deja de mirar y luego me mira a mi.

– Ponte a salvo – lo miro indignada. Acepto que me quiera proteger, pero creo que soy lo suficientemente fuerte para ayudar a los demás en este tipo de situaciones – no protestes y haz lo que puedas – corre fuera de la casa hasta que sale de mi campo visual. Solté un bufido y me puse en marcha.

Lo primero que haría sería buscar a Hanna, y poner a salvo a todo aquel que lo necesite.

 Corrí al almacén mientras era seguida por Carl. Necesitaríamos armas para poder protegernos.

– Oye – escucho a alguien decir justo antes de salir del almacén – Trata de que no te maten – le regaló una sonrisa sarcástica y sigo con mi camino.

 Al terminar cada uno se va por su lado sin decir nada, esperando a que esta situación acabe sin muchos muertos.

Corro por las calles de Alexandria buscando aquella casa de aspecto familiar. Al entrar en esta, diviso a la pequeña debajo de una mesa tapando sus oídos con sus manos y ambos ojos cerrados. Rápidamente la tomo del brazo y comienzo a correr a la casa; a ella no le da tiempo de reaccionar, cuando por fin lo hace y ver que soy yo trata de correr a la misma velocidad que yo. En el camino, notaba como muchos de esos hombres (y al parecer mujeres) atacaban a los habitantes de manera violenta. Yo le disparaba a todo aquel que mostrara peligro, dejándolo con vida, pero sin posibilidad de hacer mucho daño así y despojandolos de sus armas, ya que Rick no dio ordenes claras. Al ver la casa no tan lejos, le pedí a Hanna que corriera lo más rápido que pudiese y cerrara cada ventana y puerta que encontrase en su camino, se encerrara en su habitación y se oculte hasta que yo o alguien conocido la vaya a buscar. Después de divisarla entrar, había retomado el aliento y podría ayudar a quien lo necesitara.

– ¡Alison! – escucho un grito, y al darme vuelta, un hombre estaba apuntado a mi dirección.

El sonido del cañón se escucho y al instante mi caída al piso, golpeado mi costado contra el suelo. Otro disparo se escucho y el hombre al otro extremo de la calle cayó al suelo recibiendo una herida en el pecho. Me sentía ilesa, a excepción del dolor en el brazo por la reciente caída. Alguien me había tacleado, evitando el impacto de la bala en alguna parte de mi cuerpo. Miro a mi costado y observo a dicha persona.

– ¡¿Estas demente?! – le grito exaltada a Alexander observando la mancha de sangre en la manga de su camiseta.

Le disparo a otro hombre que entra en mi campo visual y lo vuelvo a mirar. Toda una experta, si como no.