Capítulo 69: Judith, tu y yo.

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El sol se asomaba por encima de los arboles, el bosque se encendía y la oscuridad desaprecia rápidamente. Las aves cantaban y volaban alrededor, parecía una mañana normal un amanecer increíble sin duda.

Allí estaba yo, sentada sobre el tejado de mi casa con la cabeza llena de pensamientos al punto de querer explotar. La noche de ayer había sido una locura, realmente no esperaba que cosas así pasaran: Alexander celoso de Carl y este ultimo confesando su amor por mi después. Suspiré pesadamente al recordarlo de nuevo; anoche cuando llegue a casa me cepille los dientes, me coloqué mi pijama y subí aquí a pensar y ahora esta amaneciendo. Sabía que no iba a poder cerrar los ojos y que me saldrían arrugas de tanto fruncir el ceño y tratar de mantener los ojos cerrados.

Pensé en todo, desde el inicio de esta historia hasta el final, en lo rápido que parecía haber pasado el tiempo y de como fue que me llego a gustar el chico irritante del sombrero. Mi orgullo (después de las tres de la mañana) me había permitido aceptarlo después de todas la pruebas en contra quedando como estúpida por no haberme dado cuenta antes, pero las cosas no siempre son fáciles de admitir después que te negaste a sentir. Anoche había llegado hasta llorar de lo angustiada que me sentía, recordando todo y a todos, lo mucho que extrañaba a todos aquellos que había perdido la batalla desviándome del tema principal de mi insomnio. Había sido una idiota al no pensar mejor las palabras que le diría a mi mejor amigo aquella tarde, ahora lo estaba perdiendo quizás hasta ya lo había hecho, pero aun así no me rendiría lo quiero un mundo como para dejarlo ir así nada mas. También estuve pensando en que le diría Carl, si me gustaba pero aun así no me había pedido tener una relación formal así que todavía tenia tiempo para conocerle mejor. Sinceramente, pensé principalmente en lo bien que se sintió besarlo y poder tenerlo cerca, un sentimiento que no olvidare. Ese primer beso saco a la luz los sentimientos hacia el y me permitió besarlo nuevamente. Abrazo mis piernas sintiendo la briza fria de la mañana.

Pasaron un par de minutos cuando escuche un llanto, de seguro Judith se había despertado. Me acerco para observar y estaba en lo cierto. Rick debe de tener resaca y Carl quizás ni estuviese en casa si no por ahí caminando, así que baje y me cole por su ventana

– Hola pequeña – susurro al mirarla con sus mejillas rojas. La tomé en mis brazos y la mesí un rato hasta que dejo de llorar, cada día estaba más grande; la mire con ternura mientras ella me regalaba una sonrisa una vez que se había calmado, le faltaba poco para aprender a caminar. Estaba de espalda hacia la puerta cuando la escuche abrirse, me giro lentamente esperando que no sea quien yo creía que era y al mirar finalmente, me doy cuenta que hubiese sido mejor encontrármelo como me lo imagine a como lo estoy viendo ahora: allí de pie mirándome sin moverse o decir nada sosteniendo aun la manilla de la puerta con solo un pantalón corto de pijama. Solo lo observé igual que el a mi, imagino que debería estar pensando pero no me atreví a decir nada, cabe decir que podríamos estar a mano por el incidente en casa de mi abuela, pero es lógico que los hombres no son tan sexualizados, además se ve mejor de lo que pensé, punto a su favor.

– ¿Como entraste? – rompe el silencio haciéndome mirarlo a los ojos para poder contestarle con mas comodidad.

Señalé la ventana sin decir nada aun. Tragué saliva esperando que las palabras pudiesen salir y que mi voz no sonara extraña, luego miré a Judiht jugar con mi collar.

– ¿Debería darme miedo? – pregunta él a lo que yo lo miro reprochante.

– Ni que te fuese a robar o algo así.

– Ya lo hiciste – encarno una ceja – te robaste mi orgullo – Dejo de mirarlo sintiendo como me sonrojo, no fue tan cursi, me hizo sentir bien – linda pijama – y de pronto recuerdo algo: no llevo brasier.

Fighting To Death. (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora