❝Cartas a una extraña❞ [POESÍA]

❝Háblale❞

      Háblale.

      Corazón, cuéntale sobre esas mariposas y pétalos cosquilleando en tu estómago. Cuéntale sobre cómo redoblan los tambores contra tu pecho cada vez que la ves. Cuéntale que se te hace el mundo trizas cuando no la ves. Cuéntale que te tiembla hasta el alma cuando os miráis y se te resquebraja cuando ella no voltea a mirarte cuando pasa. Cuéntale que le escribes poemas y cartas desde aquella vez en que, por casualidad, tu mundo se detuvo al verla y desde entonces no has dejado de pensarla. Cuéntale que se te escapan suspiros cuando ella se marcha y se te agarrotan las extremidades cuando sabes que no la vas a volver a ver hasta después de un tiempo. Cuéntale que después de que han pasado días sin saber de su mera existencia, y la ves, por dentro sonríes.

      Sonríes por verla.

      Porque no sabes qué tiene ella, pero verla te hace sentir más completa. Como el golpe de inspiración del pintor que hace tiempo dejó de pintar con otra paleta de colores que no fuera en escala de grises. Como el poeta que se reencuentra con su musa después de haberla perdido entre los callejones de este laberinto llamado cruel realidad. Así es la vida, dicen los que no saben lo que es sonreírle al cosquilleo de emociones que sientes cuando te reencuentras a ti mismo.

      Dicen que el amor romántico es enfermizo.

      Tú también lo piensas.

      Pero no sabes qué tiene ella que te ha dado ese golpecito de suerte que necesitabas para volver a darle color a tus garabatos en la libreta. ¿Qué tiene ella que te hace soñar sobre almas gemelas y destinos de dos que caminan al unísono de las olas de la vida? Será que el romanticismo te ha hecho mendigo de una fantasía a la que tú misma no has querido enfrentarte.

      Por eso, háblale. Cuéntale que ella es tu musa, y tú quieres ser su poetisa. Que quieres navegar en sus aguas más profundas para embriagarte de emociones nunca antes descritas.

      Háblale, y dile que tienes algo para contarle. Un secreto muy bien guardado. Y sólo ella tiene la llave. Que si quiere, puede indagar hasta donde la vista y el tacto le alcance. Que ya eres un barco a la deriva, así que tal vez ella podría darte una nueva perspectiva.

     Así que, háblale.

18.03.2017