Capítulo 10

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(Raúl)


-¡¡Ruth!! ¡¡Ruth!! ¿Estás ahí? ¿Qué está pasando? ¡Contesta!

Me quede escuchando por si escuchaba algo, pero lo único que escuche fue un golpe en la puerta. ¿Acaban de secuestrar a mi hermana? No puede ser, joder, joder, joder.

Me levante de golpe de la cama me vestí corriendo mientras llamaba a la policía de allí, para que fueran corriendo a casa de mi hermana. Cuando termino la llamada yo estaba temblando de los nervios.

-¡Tu levanta! –grite.

-¿Qué pasa, Raúl? –dijo el chico que estaba en mi cama.

No, no me he equivocado, es un chico. Soy homosexual, aunque aún no he salido del armario, mi hermana se piensa que tengo muchas amiguitas porque en algún momento han pasado por mi cama, y más bien las tengo por aparentar pero la verdad que chicas en mi cama solo ha habido una, la que me quito la virginidad, a partir de ahí empecé a fijarme en los chicos.

-Que te tienes que ir.

-¿De qué hablas? Vuelve a la cama guapo –dice sentándose en la cama.

-Que te pires –le grito serio.

-Estas mal de la cabeza ¿sabes? –dice indignado mientras se viste.

Espero a que acabe, lo acompaño a la puerta. Cuando sale, hago una mini maleta con ropa y algunas cosas de higiene, cierro la casa cojo las cosas y me salgo de casa. Me subo al coche y arranco hacia casa de Ruth.

Estaba tan nervioso que tuve que contenerme para no pisar el acelerador al máximo y saltarme todas las normas de seguridad. Quería llegar ya, le había dicho a la policía la conversación que había tenido con Ruth y que ahora mismo me iba a poner en camino hacia la casa de mi hermana, así que lo más seguro era que la policía ya estuviera allí.

Amanecía cuando llegue a la entrada del pueblo. No me equivocaba, hay estaba el coche de policía cuando llegue a casa de mi hermana.

-Alto ahí –me indico el uno de los policías.

Aparque el coche donde me indico, salí del coche corriendo hacia el policía.

-No puede pasar, joven.

-Soy Raúl, el hermano de Ruth, el que ha llamado –empecé a decir corriendo.

Me dejaron pasar y me acerque a la casa, donde había un policía anotando cosas en una libreta.

-¿Y mi hermana? ¿Se sabe algo?

-A simple vista solo he podido apreciar que la puerta del patio esta forzada, seguramente su hermana entro por la puerta principal y se encontró con que alguien estaba dentro de su casa. ¿Sabe si su hermana tenía a alguien que tuviera algo contra ella?

-No, que yo supiera estaba todo bien.

-Vale. Nosotros ya hemos acabado aquí, seguramente te llamaran en cuanto se sepa algo.

-¿Puedo quedarme en casa de mi hermana?

-Sí, aunque mejor llame a un cerrajero, para la puerta de atrás.

-Vale, gracias por todo.

Los policías se fueron, así que yo fui a por la maleta y entre en la casa de Ruth. Llame a un cerrajero que dijo que se pasaría en una hora más o menos. Vi el móvil de Ruth en el suelo, así que lo cogí y mire las ultimas llamadas, vi que la última llamada fue la que me hizo a mí, antes que la mía un número desconocido la había llamado. ¿Y si es el número del que la ha secuestrado?

-Raúl, no te hagas historias raras –me dije a mi mismo.

Vino el cerrajero y cambio la cerradura, como cubría el seguro no le tuve que pagar nada, mejor para mí, se fue tras darme las nuevas llaves con una copia extra.

Me acorde de Camila la amiga que Ruth me presento, me pareció simpática, la pobre intento ligar conmigo, yo solo coquetee con poco con ella, pero no le di esperanzas. Cogí el móvil y justo cuando iba a marcar el móvil, sonó el de mi hermana, era el mismo número desconocido que le había llamado ayer noche.

La curiosidad me pudo, descolgué solo necesitaba escuchar la voz.

-Hola Ruth.

No conteste, para ver que decía.

-Ruth, soy Cody ¿Todo bien? –se notaba preocupado.

Colgué la llamada, el Cody este no tenía nada que ver, seguramente solo era un compañero de Ruth. Volvió a sonar, el mismo número, pero esta vez lo ignore, no me iba a hacer pasar por mi hermana.

Me puse a mirar a ver si encontraba algo más que me pueda dar una pista del secuestrador, busque por el salón que es donde he encontrado el móvil pero nada, luego mire por la cocina ya que estaba cerca de la entrada del patio, era por donde había entrado.

Algo en el suelo brillo, me acerque a cogerlo es un mechero, me parece raro porque mi hermana no fuma, podría decir que es para cocinar pero lo dudo porque parece que es de valor además tiene grabado un lobo con un fondo de unos arañazos.

Lo guarde en mi bolsillo seguro que es del secuestrador.

Sonó el timbre de la puerta así que me acerque poco a poco y respirando muy flojito, para mirar por la mirilla y ver quien era. Vi a dos chicos, los dos parecían nerviosos, parecía que iban a derribar la puerta en un segundo.

-Sabemos que estas dentro, abre.

-¿Quiénes sois? –pregunte aun sin abrir.

-Amigos de Ruth, Cody y Tyler.

¿Es el mismo Cody que ha llamado? ¿Cómo ha llegado tan rápido?

-Muy bien, ahora iros.

-Abre, solo queremos hablar.

-Voy a llamar a la policía –dije cogiendo el móvil.

En ese momento se escuchó algo en la cocina, mire por la mirilla, no estaban, en cuanto me di la vuelta los dos chicos entraron el en salón. Metí un chillido que casi parto los cristales.

Entonces uno de los chicos se acerca a mi corriendo me agarra por los brazos y me planta un beso en la boca, me quede tieso como un palo con los ojos como platos, flipando.

-Mío –me dice cuando se separa.

Yo aún estaba en shock en los brazos del chico.

-¡¿Qué?! –medio grite.

-Tyler, suéltale, lo estas asustando –dijo Cody.

Ahora sabía quién era quien, por lo menos. Tyler me abrazo más fuerte e emitió un gruñido que hizo que yo me tensara más.

-Es mío Cody, mío –dijo serio mirando al otro.


Mi loboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora