Capítulo 7

48 5 1
                                    

Narra Ashley

Y una vez que me desperté eran las 10a.m. Hoy no estaba de tan poco humor como ayer.
No tenía hambre así que esperé a más tarde para bajar a desayunar.
Pican a la puerta, era mi abuela.
Venía con un álbum de fotos.
Se sentó a mi lado en la cama y lo abre.
-Este es un álbum de fotos que vuestra madre quiso que vieras cuando cumplieses la mayoría de edad-.
Abrió el álbum. En las primeras páginas había fotos de mi madre embarazada.
-Aquí estaba embarazada de tu hermano-.
Yo asentí. Pasó la página y había un hombre besándole el vientre.
-Era tu padre-.
Yo asentí, no tenía muy buenos recuerdos de mi padre según lo que me habían dicho mi madre y mi hermano. Tampoco estaba interesada en saber de un hombre como él.
Dos páginas más, volvía a estar mi madre embarazada, estaba yo dentro de ella aún, y esta vez no estaba el mismo hombre, era el hombrecillo de la casa el que estaba besando su vientre, mi hermano. No pude evitar sonreír, se me hacía muy tierno.
Unas cuantas páginas más, estaba yo con mi hermano. Yo corriendo y el persiguiéndome, siempre era yo la más rápida pero ahora ya no.
10 minutos después llegamos a las fotos de comunión, tenía el pelo corto y mucho moflete.
Llegamos a las fotos de mis 14 años, allí ya tenía a Goofi, era un cachorro todavía.
Después de media hora viendo fotos, llegamos a la última y más reciente, tenía yo 16 años recién cumplidos, fue dos días antes de que mi hermano se fuera al campamento militar. En el centro estaba mi madre, delante de ella, Goofi y a los extremos mi hermano y yo.
Mucha nostalgia llenó mi cuerpo en ese momento

Después de ver el álbum de fotos, mi abuela se iba a preparar la comida porque ya era tarde.
-Espera, bajo contigo-.
Ella asiente y la acompaño.

Estábamos preparando la salsa de tomate para los spaguettis, cuando mi abuela dijo que faltaba la sal.
Subí a mi cuarto, me calcé unos botines, me puse la chaqueta, tomé un paraguas y caminé a paso ligero rumbo a el supermercado.
Agarré el paquete de sal y una bolsa de patatas fritas, lo pagué y volví para casa.

Cuando llegué ya estaba mi hermano levantado, sentado en el sofá, como no.
-Toma-le lancé la bolsa con patatas.
-Yuju, comida!!!!-.
Fui a la cocina y abrí el paquete de sal, tomé una pizquita y se la eché a la salsa de tomate. La abuela continuó preparando los spaguettis. Tardaría sobre una media hora, así que como había dejado de llover decidí dar una vuelta a Zeus.

Llegué a un parque que quedaba muy cerca de la casa.
Me senté y solté a Zeus para jugar con el.
Veo a un niño de unos 8 años discutiendo con su madre. Ella le dice que es la hora de marchar pero el no quiere irse.
-Mamá, te odio-dice el niño marchándose a casa a paso enfadado y con los brazos cruzados.
La madre se tapa la boca con la mano y agarra al niño del brazo.
El niño intenta soltarse pero la madre se lo impide.
Veo como se van y la madre a punto de llorar, aguantando como el niño le gritaba en la calle como si fuese miserable basura.

Me levanté del banco y me acerqué a ellos.
-Perdona que me meta señora, pero no me puedo quedar agusto viendo como un niño trata mal a su madre-.
La madre se queda estupefacta ante mis palabras ya que soy una desconocida para ella.
-En cuanto a ti, ¿tu dices a tus amigos que les odias?-
-No, a ellos nunca.-
-¿Y por qué a la persona que te dió la vida si?¿No te das cuenta que si ella no fuese tu madre, tu no existirías?¿Que si ella no te hubiese dado la vida, tú serías la misma basura que estás tratando a tu madre?-
-Pero es que la odio.-
Agarré del brazo al niño con fuerza-no digas que odias cuándo ni siquiera sabes qué es odiar a alguien. Que si ahora te llaman del hospital y te dicen que tu madre está ingresada gravemente y perdiendo la vida, tu llorarías y dirías que la amas, pero claro, a veces tienen que llegar esos puntos para saber lo que queremos a nuestras madres y lo poco que las hemos valorado.
Que si no fuese por ella, ni ropa ni comida tendrías-.
El niño quedó callado y agarró la mano de su madre.
Cuando me iba, la mujer me susurró un gracias. Yo solamente le sonreí.
Amarré a Zeus con la correa y volvimos a casa.

La comida ya estaba lista y muy rica, por cierto.
Subí a mi cuarto con Zeus. Mi hermano quiso acompañar.
Me senté en la cama a modo indio con Zeus entre mis piernas. Jorge se sentó en el suelo.
Se hizo el silencio. Yo acariciaba a Zeus mientras se quedaba dormido. Mi hermano me contemplaba detalladamente y yo simplemente miraba por la ventana el paisaje de montañas.

Después de un buen rato, mi hermano seguía mirándome.
-¿Qué miras?-Dije algo molesta.
-Nada-dijo embobado.
-¿Será que hay moscas no?-dije sarcástica.
-Creo que si-.
-Y coincide que todas pasan por mi cara, ¿verdad?-
El asiente.
-Al igual que miles de pensamientos por tu cabeza-dijo en tono poeta.
Yo me reí, ¿comó sabe que tengo miles de pensamientos rondando por mi cabeza?
-Ei, ya, que me vas a desgastar-dije bromeando
Él solamente seguía mirándome.
Me acerqué a el, le agarré de los mofletes y estiré de ellos. Él ni se inmutaba.
Está bien, si no quiere dejar de mirarme por las buenas, pues que sea por la malas.
Alcé mi mano y le solté una bofetada que creo que en la vida le hubiese dado a alguien.
El seguía contemplándome.
Yo tengo que admitir que me hice daño en la palma de la mano de la bofetada dada.
-Como no pares, llamaré a la abuela-.
Él estaba callado.
-ABUELAA, JORGE NO PARA DE MOLESTARME!!!!-
A los minutos llega mi abuela a la habitación, mi hermano seguía ahí.
-¿Qué pasó?-
-Mira, Jorge no para de mirarme-
-Ay, bueno, tampoco le veo lo malo-.
-ABUELA ¿HOLA?. Lleva así desde que subimos.-
Mi abuela se acercó a mí hermano y sé fijo en sus ojos cafés.
-Tiene las pupilas dilatadas, ¿qué le hiciste Ashley?¿Por qué tiene la marca de una mano en la cara?-
-Um..Si bueno, como no dejaba de mirarme por las buenas, pues le di una bofetada, y sigue igual-
-O peor, igual le dejaste más tonto...Quien sabe-
Yo me reí.
-Creo que sé lo que está buscando-
-¿El qué?-
-El lo sabe bien-dije a punto de gritarle a la cara de tonto que tiene.
Mi abuela puso cara de pervertida.
-Abuela!!-Dije molesta.
-Si...Yo ya me iba-
Y salió de la habitación sin decir nada más.

Me acerqué y le di un beso en la mejilla golpeada.
-Perdón....-
Noté que se puso algo colorado y de repente se tapa el rostro con las manos. Salió corriendo de mi habitación para ir a la suya.
Yo me reía a carcajadas, aunque realmente me dejó extrañada que él se sonrojase por un beso en la mejilla por parte de su hermana.

–––––––––·––––––––––·––––––––––

Me encanta la abuela Marta, es como una adolescente más cuando habla con sus nietos. En el fondo es buena persona, ella quiere mucho a sus nietos, y les ayudará y apoyará en varias ocasiones que se verán en adelante

Dos días sin capítulo pero es que no se me ocurría nada para el cap, lo siento.

QUÉDATEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora