Estaba en mi habitación con Goofi, la verdad, es que las mañanas se me pasan volando jugando con él.
-Ashley-me llama mi madre-acaba de llegar tu hermano del viaje y ya es la hora de comer, baja-
Yo, obedeciéndola, bajé las escaleras en dirección a la cocina toda ilusionada por ver a mi hermano, pero no había ni rastro ni de él ni de mi madre.-¿Mamá?-pregunté dudosa-¿Jorge?-giré rápidamente la cabeza al sentir unos pasos muy cerca de mi. -SORPRESA-dice mi hermano dándome un abrazo al que yo le correspondo y a los segundos aparece mi madre con una amplia sonrisa (se nota que le echaba de menos). Al vernos a mi y a Jorge tan felices de nuevo, no pudo evitar que se le escapasen algunas lágrimas. Ambos la abrazamos y al poco aparece mi perro interrumpiendo el abrazo. Jorge empezó a reír y mi madre y yo le seguimos la carcajada.
-No mas interrupciones, es hora de comer-dice mi madre abriendo la nevera y dirigiéndole una mirada a Goofi.
Los macarrones con mantequilla en verdad le salen ricos y como sabe que le encantan a mi hermano, lo hizo para darle la bienvenida. Nos contó sus aventuras en el campamento militar, mi madre le escuchaba atentamente sin decir ninguna palabra, en cambio yo, soltaba alguna que otra risa cuando contaba anécdotas graciosas. Así nos pasamos toda la comida hasta que mi hermano propuso ir sobre las 6 p.m a merendar a un picnic para así pasar la tarde en nuestro lugar preferido al que íbamos de niños pero esta vez con nuestro perro.
Una vez preparada la cesta de mimbre con las tostadas y la mermelada de frutos rojos en ella, me dispuse a coger la correa ponérsela a Goofi y montamos en el auto de Jorge.
Cuando llegamos, él se quedó alucinado, ya que desde que el abuelo murió, el no ha vuelto a ir allí, sin embargo yo de vez en cuando paseaba cerca de allí con Goofi.
Escogimos un lugar para dejar el mantel de suelo junto con la cesta y Jorge se quedó sentado a su lado para respirar el aire puro que había en ese lugar, mientras tanto, yo, me puse a jugar con Goofi a la pelota. Era bueno atrapándola y cada vez que yo salía corriendo con ella en la mano, él me perseguía. Le quiero tanto...
A los 10 minutos me llama mi hermano todo alarmado-Mamá acaba de llamar, hay un incendio en casa, parece ser que fue causado por una tubería de gas-
Al decir eso, la sonrisa que tenía se borró de mi boca. Atrapé a Goofi entre mis brazos, no era momento de ponerme a buscar la correa, ya le compraría otra. Nos subimos al auto, montamos y nos dirigimos a casa.
Una vez llegamos a allí, estaba mi madre fuera (obviamente) con una mano tapándose la boca y dejando caer lagrimas por su rostro, mi hermano lo primero que hizo fue ir a abrazarla, yo no daba crédito y ni siquiera me podía mover del sitio, me quedé como estancada, no sabía como reaccionar ante esta escena.
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QUÉDATE
Non-FictionNuestro anterior perro, Goofi, escapó de casa tras un incendio transcurrido ese mismo día , gracias a mi mejor amiga he ido descubriendo su leal compañía, porque vale la pena perder el tiempo teniendo la fiel y leal amistad que solamente te pueden d...