Al sentir el roce de mi suave almohada pude sentir que comenzaba a relajarme y que ese dolor de cabeza comenzaba a esfumarse.
El sueño que sentí profundo comenzó a invadir toda mi mente hasta quedarme dormida, pero había algo raro, aunque mi cuerpo dormía, mi alma no lo hacia.
Cuando me di cuenta podia verme a mi misma recostada en la cama. Me asuste y solte un grito, por supuesto nadie logro escucharme.
Sentí mucho frío, como si me hubieran metido en una congeladora en la cual no podía escapar. Me senté a una esquina de mi habitación con mis brazos rodeandome para darme a mi misma calor.
-Ahora comenzaras a sentir lo que yo sentí antes de morir- susurro una voz femenina a mis espaldas dándome una sensación de escalofríos.
El dolor de cabeza comenzó a invadirme de nuevo y poco a poco sentía como cada recuerdo fluía por mi mente.
-que quieres??!- intente gritar.
Aquella mujer daba golpes a la puerta, cada vez mas fuertes, fue ahi cuando regrese a mi cuerpo soltando un grito.