[...]
Había pasado ya un día desde que Taiga había asesinado a Daiki, que aunque no había hecho ésto de malas a primeras, se vio en la necesidad de hacerlo, luego de que Daiki no llegó a su encuentro, el pelirrojo comenzó a preocuparse demasiado ¿por qué? ¿se había perdido su alma? ¿No había un cuerpo compatible con el suyo? ¿Había lista de espera en el sanatorio? ¿Era una broma de mal gusto en forma de venganza? No lo sabía.
Al segundo día, Taiga con la misma ilusión del anterior llego antes de la hora acordada, se sentó y esperó, primero por varios minutos, después por varias horas, pero Daiki tampoco llegó.
No sabía que estaba pasando, la cabeza le dolía, sus manos sudaban, su espalda estaba llena de escalofríos a cada momento y su corazón palpitaba a un ritmo que dolía, cada palpitar se sentía como una aguja que se enterraba más profundo cada vez, también se sentía impotente, culpable...se sentía absolutamente horrible.
Regresó a casa, con las ilusiones muertas, con el corazón roto...
Toda la noche su mente estuvo divagando, estaba pensando cosas totalmente estúpidas, el quería saber de algún modo que Daiki estaba bien, pero ¿Cómo? Estuvo pensando en infiltrarse en el Inframundo, si los espías de los suyos podían ¿Por qué el no? Bueno, la verdadera cuestión aquí era ¿Cómo conseguiría infiltrarse sin ser descubierto? Vale, hay que aclarar que si era descubierto había dos posibles resultados:
1.- Ser brutalmente asesinado por un gran contingente de Demonios
2.- ser expulsado del cielo y que le cortasen las alas, o sea volverse un caído.No iba a mentir, en esos momentos se sentía un cobarde.
Pensó y pensó y recordó algo que alguna vez Kuroko le había dicho... O algo así.
Guirnalda, no eso no era, Guillotina, no tampoco era eso, Gri... Grimorio, si eso era, lo que el necesitaba era leer un poco de los Grimorios de la biblioteca de su "Padre".Sabía que justamente esos estaban en lo que podría considerarse como una sección prohibida y no solo en el mundo de los Ángeles estaban catalogados como prohibidos, en el mundo humano también lo estaban ¿Por qué? Bueno, el contenido de estos era lo que vulgarmente los humanos llamaban "Brujería", al principio está no era mala, inclusive era una manera de comunicarse con el mundo espiritual o el humano dependiendo quién lo usase claro, pero como todo, los humanos fueron echándolo a perder de a poco, consiguiendo usar esta "magia" para el mal.
Taiga se coló en la biblioteca a través de los pasillos secretos que conocía de memoria, ya que desde niño había recorrido cada uno hasta memorizarlo, logro llegar hasta la "Sección prohibida" y con sumo cuidado robó algunos de los Grimorios que estaban a su visita.
Entre los Grimorios que alcanzó con sus manos estaban: Lemegeton,
El Grimorio de Abramelin,
Enchiridion, Codex Gigas,
El Grimorio de San Cipriano,
El Grimorio del Papa Honorio,
Manuscrito de Voynich y por último El Aradia o el evangelio de las brujasConocía algunos nombres por la clase de Historia que le habían dado hace ya mucho tiempo y sin nada que esperar se dispuso a leer, al principio no entendía nada, hasta que llegó al Enchiridion y Al Grimorio del Papa Honorio, existían sellos que le brindarían protección, e inclusive que le ayudarían a cambiar su forma física por un tiempo limitado, y al parecer esos sellos no eran muy difíciles de hacer.
No sabía que hacer, toda la tarde meditó mucho, era la primera vez que realmente pensaba tanto en algo, y además estaba en juego su vida, al final se decidió por hacer el sello; Explicar como consiguió lo necesario para el sello sería un desprecio de tiempo, así que saltaremos esa parte.
Cayó la noche y Taiga tomó las cosas y a su vez el Enchiridion, no sabía qué hora era exactamente pues nunca había estado tan tarde fuera de casa; Con sumo cuidado salió de todo lo que el conocía como "Hogar" y llegó al mundo humano, buscó un lugar solitario y silencioso y ahí comenzó a dibujar su sello, estaba por comenzar todo el proceso cuando escuchó un ruido no muy lejos de donde se encontraba él.
ESTÁS LEYENDO
El Llanto Del Cielo.
Fanfiction"El cielo lloró su pérdida y una parte del infierno también lo hizo" Era un amor prohibido y no les importó, prefirieron la muerte y el exilio que antes separarse. Pero saben algo, Quizá no todas las historias de amor tienen un final precisamente fe...