IV

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"Erase una vez un ángel que quería vengarse de un demonio y un demonio que quería acabar con un ángel" 

En el bajo mundo, inframundo, infierno o llamasele como sea, dos demonios se encontraban hablando, otros tantos festejado ¿por que? Celebraban la primer muerte de uno de los más poderosos guerreros de los ángeles ¿el motivo? Con cada muerte el poder de éstos se debilitaba.

— Superaste mis expectativas, Daiki— dijo un demonio pelirrojo de ojos con heterocromía.

—Seijuuro, eso me halaga, pero tengo un mal presentimiento.

— Te escucho, Daiki.

— ¿Sabes como se siente morir? ¿o al menos sabes que se siente pensar que vas a morir?

— Hummm, no realmente.

—Pues yo siento que una parte de mí murió.

— Daiki, no te entiendo, deberías estar celebrando, has hecho quizá uno de los más grandes avances para los nuestros hasta el momento.

— Lo sé Seijuuro, pero, realmente me siento extraño, saldré un rato. 

Y por salir un rato el se refería a salir al mundo humano, ahí todo su aspecto de demonio se iba, era completamente un mortal, al menos en aspecto lo era.

El mundo humano para él era fascinante, Daiki preferiría ser un mortal a ser un demonio, el quería quedarse de esa forma, sin embargo sabía que era imposible. 

Caminando en busca de algo de comida (como de costumbre) Daiki se topó con un chico de su misma altura, un pelirrojo con una pequeña marca a la altura de las clavículas, una marca de reencarnación, era Taiga, el también estaba ahí. 

Ambos se analizaron un momento y de forma algo indiscreta comenzaron una batalla a puño limpio, La gente los miraba asustados, unos querían separarlos pero su mountruosa fuerza no dejaba que se separaran.

No había espadas o alabardas de por medio, así que en un momento ambos se cansaron y de mala gana tuvieron que separarse, cuando ésto pasó fueron arrestados por irrumpir el orden, si, por tonto que se escucha fueron arrestados ¿bizarro? Sí, mucho.

Para colmo fueron encerrados en la misma celda.

— Te mataré estúpido angel.

— Eso lo veremos demonio imbécil — dijo  Taiga cruzándose de brazos.

Daiki abrió los ojos como platos. Observó el brazo de Taiga y habló.

— ¿qué mierda tienes en el.brazo?

Taiga miró su brazo.

— ¿esa cosa? No lo sé,  la tenía desde antes, incluso antes de que me asesinaras

Daiki se levanto la manga de la.camisa
.
— Es exactamente igual a la mía. 

Ambos de miraron extrañandos, no sabían lo que era eso, nunca nadie se los dijo.

"Erase una vez la marca de Eva, era sólo concedida a aquellos que debían ser amantes y sus destinos estaban entrelazados"

El Llanto Del Cielo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora