"Erase una vez una extraña marca inexplicable, sin precedentes ni explicaciones, era llamada la «Marca de Eva» y sólo era concedida a aquellos que estaban destinados a estar juntos"
Después de varias horas en prisión, tanto como Taiga y Daiki fueron liberados, pero ambos tenían un duda, ese ímpetu (o quizá sólo morbo) por saber que era esa extraña mancha en su piel, no era un lunar, ni una simple marca de nacimiento, mucho menos una cicatriz, había algo en esa marca que daba curiosidad saber el que era.
Ambos estaban ansiosos, no sabían a quien preguntarle, no sabían donde investigar, aunque corrían el riesgo de que aquella mancha no fuese más que una simple coincidencia.
-Oye, estúpido ángel- llamó Daiki haciendo que con mala cara el pelirrojo le contestase -¿Qué quieres estúpido demonio?- El otro sólo se enfurruño con la respuesta - Hagamos un trato.
Taiga no sabía a lo que se refería Daiki, resultaba muy confuso ¿Qué tramaba aquel chico?
-¿Qué clase de trato?- interrogó de manera agresiva el pelirrojo.
- Tanto como tu y yo queremos saber que mierda es esto- dijo Daiki señalando la dichosa marca.
-¿Qué tiene eso que ver?
-A lo que me refiero, tonto ángel, es que ambos tratemos de averiguar que es esta cosa y diariamente tu y yo nos reunamos secretamente para decirle al otro si averiguó algo, pero eso no quiere decir que tu y yo dejemos de ser enemigos, fuera de ésto seguiré tratando de aniquilarte ¿De acuerdo?
Taiga lo pensó un momento,
- De acuerdo, pero con una condición, no puedes decirle sobre ésto a nadie.
Daiki asintió y ambos se estrecharon las manos para sellar el trato, un trato que bien o no (depende del punto que se mire) era muy arriesgado para ambos.
después de esa brevísima charla, se separaron y cada uno se retiró a donde pertenecía, uno subió al cielo y el otro bajó al infierno.
Taiga era un muy mal mentiroso, en sí alguien muy fácil de leer también y bueno Taiga tenía un amigo al cual no iba a ser nada fácil despistar, en efecto, me refiero a Kuroko.
El hogar de los ángeles era un paraíso, de ahí el ideal de los humanos de ir al cielo tras su muerte.
aquel lugar, estaba dotado de muchas cosas, pero en este caso lo que nos importa es que había una grandísima biblioteca plagada de conocimientos de la longeva vida de los ángeles, ahí es a donde iba Taiga.
Por varias horas Taiga husmeo por todos los pasillos y se sumergió en varios libros, pero nada, no encontró absolutamente nada (o al menos nada útil respecto a su tema).
Abatido, regresó a su casa, donde alguien lo asustó, sí, era su pequeño amigo peli azul.
-Taiga- lo llamó ligeramente halando de su camisa, Taiga se sobresaltó asustándose un poco.
-¡Tetsuya!- lo reprendió -te he dicho que no te aparezcas de esa forma- el otro sólo rió para sus adentros.
-¿En dónde estuviste metido, eh?- preguntó curioso
- Pues pasó algo en el mundo de los mortales, me metí en un lió y terminé en prisión por unas horas- se rascó la nuca incómodo.
- Ya veo, no deberías meterte en líos de ese tipo, quien sabe, igual y te descubren- dijo Kuroko a modo de regaño.
ambos platicaron por buen rato, pero Taiga no mencionó nada acerca de su pequeño secreto, a fin de cuentas, lo había prometido y si alguien se enteraba podrían acusarlo de traidor.
Después de un rato, Taiga volvió a quedarse en su soledad, pensando, reflexionando acerca de si lo que había hecho estaba bien, realmente no lo sabía.
A Taiga le gustaba el mundo humano, se sentía normal, tenía un apellido como cualquier persona normal, nadie lo elogiaba por su fuerza, nadie lo veía diferente, simplemente era el, en el mundo humano era conocido como Kagami Taiga, nadie espectacular o fuera de lo normal, simplemente un mortal más, y quizá había alguien que compartía ese sentimiento con él, por que a veces no todos son lo que aparentan ser, a veces los Ángeles tienen demonios en la cabeza y los Demonio Ángeles en el corazón y a veces tanto ángeles como demonios, sólo desean una aventura, un secreto, un amor prohibido.
"Erase una vez un ángel y un demonio que comenzaron a verse a escondidas sin saber que estaban por comenzar algo que los destruiría"

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El Llanto Del Cielo.
Fanfiction"El cielo lloró su pérdida y una parte del infierno también lo hizo" Era un amor prohibido y no les importó, prefirieron la muerte y el exilio que antes separarse. Pero saben algo, Quizá no todas las historias de amor tienen un final precisamente fe...