Cry Baby • Joerick

Doll-cup

- Maldito bastardo, te odio, ojalá te hubiera abortado - Gritó su ¿Mamá?, si se le pudiera llamar así.

Las madres deberían ser lo más amorosas con sus hijos, no por el contrario; Gritarles miles de palabras obscenas, las cuales dañan a los hijos a corto o largo plazo. Pero Joel se identificaba con la segunda opción, su primogénita le molestaba en tantos aspectos. No solo con palabras se encargaba de decir cuanto lo odiaba, desde pequeño; siendo más específico, cuando nació.

Por otro lado, su padre, Roberto, también se unía a su mamá, pero en cambio, él se encargaba de golpearlo, sin una razón en particular. Joel jamás se podría defender, así que lloraba, desahogándose en sus propias palabras.

En simples palabras, consideraba que su vida era un infierno, y que jamás saldría de él. No socializaba con nadie, ya que ninguno lo quería o apreciaba, todos se alejaban de él, como si de un fenómeno se tratase.

Tal vez si me hubiera dado la oportunidad de conocerlos mejor no estaría atrapado en este infierno que me atormenta.

A Joel lo consideraban el raro de la escuela, por sus notables preferencias hacia el género masculino. Por ser gay lo molestaban, una parte por diversión, aunque, algunos por verse atraídos hacia hombres, quienes creían que golpearlo lo harían más masculinos.

Jamás supo el momento exacto donde los de su alrededor se burlaban de él. Algunos por su apariencia física; siendo está un poco vergonzosa, ya que no portaba ningún musculo. Otra razón; por lo virgen que era, ya que en ningún momento tuvo novia o había dado su primer beso. La mayor de las anteriores; las lágrimas de bebé llorón, que irritaban a más de uno, por ser tan sensible e infantil.

El tiempo transcurría, los rumores empezaron a crecer. Poco después lo tacharon de homosexual, donde todos creyeron de esa fuerte acusación. Su reputación había muerto, la mayoría le dejó de hablar.

Cuándo el rumor se intensifico , todas sus amigas se alejaron de él- Como si fuera contagioso - Tan hipócritas como siempre, y él solo quedó.

Todo comenzó cuando tuvo una ligera atracción hacía José el chico que actualmente lo molesta, aunque el enamoramiento solo fue algo pasajero, actualmente no siente nada por el pelinegro, aunque no quita el hecho de que se le haga lindo.
Jamás dijo el estar enamorado del bello chico, al contrario lo trato de ocultar, lo mejor posible.
Pero la obviedad era su peor enemiga, sus ojos delataban toda aquella verdad escondida, bien dicen que los ojos hablan por sí mismos.
Además el estar junto a él, lo ponía sumamente nervioso, síntoma notable del enamoramiento. Y ahí todos descubrieron su desliz, confirmando que era gay.

Cuando se enteraron, José empezó a molestarlo y decirle cosas como; ¿Que, me quieres besar?, Marica, Niña, ¿Creíste qué te iba a ser caso? No soy un maldito gay como tú.
Cuando lo insultaba sus ganas de llorar se hacían más fuertes, y tenía una terrible sensación de mariposas muriendo. Poco después el amor se convirtió en odio, y mejor lo sacó de su corazón, sabía que nunca sería correspondido de la manera que quería.
Joel un chico inocente, "Aniñado" como todos lo definen.
Con un corazón mucho más grande que su cuerpo, pero las circunstancias no estaban a su favor. Y ahora es llamado bebé llorón.

La puerta principal de repente se escuchó, un fuerte golpe resonó por toda la casa, para pronto las botellas cayeron al piso, rompiéndose al instante y risas descontroladas por el estado tan alto de ebriedad.

Por otro lado, de la casa un chico quien se encontraba acostado con sus audífonos puestos pudo escuchar esos sonidos tan fuertes y escandalosos, de pronto giró los ojos con total fastidio, hoy eran de esos malditos días que su supuesto padre tenía que traer a su enfadosa secretaria - Además zorra - a la casa mientras su madre se encontraba ebria, tirada en el piso y con varias botellas a su alrededor.

Sin pensarlo dos veces se retiró con enfado los audífonos que reproducía alguna canción aleatoria, sin más se dirigió a aquel baño, buscando una navaja, cuando la encontró la clavo en su muñeca, causando cortes profundos, la sangre para pronto salió inundando su brazo, en sus bellos ojos lágrimas saladas salían sin control, aunque una pequeña sonrisa en su rostro aparecía, cortarse era para él era una satisfacción grande.
Se quitó por completo su pantalón, dejando al aire sus piernas con la misma navaja llena de sangre la clavo arriba de una de sus rodillas escribiendo bebé llorón, como todos lo llamaban a diario, aquella palabra que no dejaba de repetir ni escuchar siempre.

- Ah nadie le importo, soy un maldito bebé llorón, ¿porque seguir viviendo? - Susurró con dificultad debido a los sollozos que cada vez más escapaban de su boca.

Su vida una completa mierda, ni hablar de su odiosa familia, que llegaban a parecer una casa de muñecas; perfecta por fuera, el peor infierno cuando realmente la conoces.

"No sabes lo que realmente sucede detrás de estas paredes brillantes, papá esta con una vil zorra, mamá bebe hasta quedar inconsciente y bueno mi hermano fumando cannabis"

Toda la gente a su alrededor la catalogaba como la familia perfecta, su madre siempre se encargaba de mantenerlo así, que vergüenza que sus amigas se enteraran de que su esposo le es infiel en su propia cara.

Limpió su muñeca, quitando todo rastro de sangre, al igual que su pierna derecha, aunque dejaba unas grandes marcas que difícilmente desaparecieran, sin otra opción se tumbó a su cama y cerró los ojos, ansiando no despertar jamás.

No sabía que le esperaba mañana.

El dolor no sólo es físicamente, el alma también llora.

Sippy cup - Melanie Martinez.