To laugh and cry

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El sol apenas hacía su aparición, causando que pequeños rayos se colaran en la ventana, al igual que despertar al moreno. Dando como consecuencia; enfado del chico, ya que aún le faltaba dormir un poco más. Su aspecto no era el mejor, sus bellos ojos tenían un color rojizo; posiblemente por llorar gran parte de la noche, además contaba los labios hinchados, siendo consecuencia de morderlos demasiado.

Sin otra opción se levantó de su cama, dando como efecto, un grave dolor arriba de la rodilla, al igual que en el brazo. Con muecas, y algunos gemidos de dolor, se adentró al baño; con el fin de darse una ducha. Cuando el agua toco su cuerpo, gritó agudamente, por el terrible contraste del agua con heridas recientes. Lagrimas salían de su escondite, el arrepentimiento se sentía. Rompió la promesa que se hizo a el mismo, pero a veces solo era para no pensar en ello, aunque sabía que lo volvería a hacer.

- Empezamos igual, ¿Qué, no puedes cambiar? - Susurró con un hilo de voz.



































El chico de lindas pestañas ya se encontraba arreglado, sentado en el comedor, su padre estaba ahí con el periódico en manos como si nada hubiera pasado, tranquilo se mostraba a los demás y no dejaba mostrar los pocos sentimientos que tenía. Su madre preparando el almuerzo, sonriente; posiblemente por ya haber tomado su droga en una tácita, "La droga sigue siendo droga aún en una tácita".

Joel se encogió de hombros, era usual esa escena, parecía que todos los días vivía un dèjá vu.

- Hoy vendrán varios compañeros de la empresa, Joel no quiero que salgas con niñerías, tus lágrimas hartan - Escupió con enfado aquellas palabras su padre.

- ¿Interesa? - Ironizó Pimentel, acompañado de una mueca.

- ¡Cuanto me hartas!, muérete maldito gay de mierda - Grito con enfadó el hombre, levantando su puño con la acción de golpearlo.

- ¿Y tú a mí no? Me cansé de jugar a este estúpido juego, perfectos por fuera ¿No?, Mejor vete con la zorra de tu secretaria - Contradijo ya cansado.

El hermano ya llevaba tiempo observándolos, pero solo sonreía como tonto, por las reacciones de la marihuana. Y al igual su madre, aunque ella se tambaleaba varias veces.

Roberto no soporto más y dio un gran golpe a su hijo, haciendo que se cayera en un instante. Nadie lo ayudo a levantarse, ni sintieron lastima de verlo en aquel estado. Roberto salió enojado rumbó al trabajo, el resto de su familia seguía riéndose; sin saber lo que sucedía en el mundo real.
Pimentel se limpió con rudeza sus lágrimas, y sin siquiera voltear hacia atrás, caminó rápidamente a su escuela, era su escapatoria, aunque allá el infierno era igual o hasta peor.















































Llegando al colegio los murmullos no se hicieron esperar, no era ninguna novedad. Solo giró sus ojos marrones con fastidio acompañado de una gran mueca, varios chicos del pasillo se reían al verlo pasar.

- ¿Porque son un par de idiotas todos los de aquí? - Murmuró por lo bajo el ojo marrón.

De pronto un grupo de chicos pasaron, y se colocaron delante de él evitando su pasar, sus sonrisas más falsas no pudieron evitar al mirar a su presa.

- Hola Joelito, ¿No deseas nuestra compañía? solo amigos de ti queremos ser - Sonrió sarcásticamente Aaron.

"Sera porque yo tengo clase y ustedes son bolsas de basura" - Pensó el menor.

Cry Baby • JoerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora