Divided

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Los dos se separaron, sonriendo a la par. Joel tenía sus mejillas sonrojadas, bajó la cabeza por pena.

- ¿Porque bajas la cabeza nene? Eres hermoso, no dejes que tu belleza se apagué - Sonrió mientras acariciaba al chico frente a él

- Amm...No sé que decir - Rio nervioso, mientras miraba hacia otra parte, observando a alguien correr con ¿Una cámara? pero bah era su imaginación.

- No digas nada lindo - Sonrió sinceramente - Quiero llevarte a un lugar especial ¿Aceptas?

- Claro, pero...tengo que ir a otra parte como a las siete, ¿Tendré tiempo?

- Sí Joel, no es como si fuera a secuestrarte, aunque no es mala idea - Se burló, abrazándolo como un pequeño bebé, como su pequeño bebé.

- ¿Hablaremos de lo que sucedió en la fiesta? - formuló sonriendo mostrando sus dientes. A lo qué Erick sonrió, quería tanto al menor, el verlo sonreír inconscientemente hacía lo mismo.

- Hablaremos de todo cuando lleguemos cariño - Murmuró besado una vez más los labios suaves de su acompañante. Esos labios tan adictivos a gusto propio.

El lindo chico de ojos verdes bien sabía que las chicas habían desaparecido de su camino, no más perras básicas, ahora tenía en su disposición a un pequeño "Bebé" a su lado, que no iba dejar ir. Se estaba enamorando, su corazón empezaba a abrirse para los demás, en especial para Joel, donde sólo pertenecía a él, en su totalidad. Ya no más amoríos de una noche, iba a adentrarse a una relación formal. O quizás se estaba anticipando realmente, pero bah amaba al moreno, y no era un sentimiento pasajero.

Lo llevaría a un lugar hermoso, donde le confesaría sus sentimientos más sinceros. Podría ser lo más cliché posible, pero sí tenía que enamorarlo; sería demasiado empalagoso para que lo acepte sin ninguna excusa.

Él tiempo transcurrido en el carro se resumía en pláticas tribales y risas bobas por parte de ambos. El auto se detuvo por completo, quedando frente a un lago - Desconocido al mirar de Joel - dónde se encontraba distintos tipos de plantas y árboles gigantes en su totalidad.

Los ojos del más pequeño se iluminaron por completo, era magnifico, sin exagerar en el uso de la palabra. Estaba a punto de abrir la puerta del costoso carro, pero el hablar de su acompañante lo detuvo completamente.

- Joel no bajes, por favor confía en mí - Mencionó rápidamente, mientras con astucia salía de vehículo para abrir la puerta a su acompañante, como todo un caballero.

El nombrado sonrió junto con un sonoro suspiro. Justamente al Erick que conoció cuándo lo salvo de aquellas personas detestables, tan amable ¿Porque cambiaba de personalidad cada vez? ¿Cuál será la verdadera, la dulce o la arrogante?

- Gracias Erick - Agradeció dulcemente, con un sonrojo evidente en sus mejillas, el único que causaba Erick en él ¿O ello creía?

- No hay que agradecer corazón, ¿vamos? - Formuló tomando la suave mano del menor, entrelazando ambas extremidades, encajando como un par de piezas de rompecabezas. ¿Acaso el destinó daba alguna señal?

- C-claro - Su rostro no podía estar más rojo, pero para ser sinceros la felicidad sobresalía en aquel bello ángel.

Después de dar un leve paseo alrededor del - Pequeño - lago, decidieron sentarse en una de las bancas del lugar, teniendo frente a ellos una vista preciosa.
El momento había llegado, Erick sonreía nervioso, pensando en las palabras correctas. Sus manos sudaban en exceso, su cabeza parecía un remolino espantoso, y no hablar del estómago, creía que iba a explotar.

Cry Baby • JoerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora