1.Ryan

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Son ya las siete y media, ¿en que momento decidí hacer el bachillerato si siempre he sido pésimo estudiante? (Y siempre me ha dado muchísima pereza madrugar, que no se diga).

Al levantarme de la cama, me dirigí hacia el armario para pillar lo primero de cada prenda. Al fin y al cabo, vestirse no es tan complicado.
Una camiseta roja, vaqueros oscuros, las converse negras de toda la vida y los calzoncillos ya me los cambiaré.
Luego fui al baño a despejarme un poco. Me di algo de agua fría, que más que fría estaba congelada y me peiné el pelo, tan negro y propenso a enredos como siempre.
Siempre han elogiado mi pelo por su aspecto. Estando en parvulario un amigo me dijo que parecía un trozo de plastilina azul y negra, la mejor descripción que he oído en mi vida.

Salí de mi casa y me dirigí hacia el instituto, a siete minutos de distancia, mientras acababa de comerme la tostada que no me dio tiempo a terminar. Ya llegaba tarde, me pondrían algún retraso y listo, de todos modos para lo que hago si me da lo mismo.
Mi madre me repite constantemente que debo aprovechar el presente para tener un buen futuro. Nunca le he hecho caso.

Llegando ya a la puerta del instituto la vi, a esa chica que lleva años haciendo que pierda el control de mi mente. Con ese pelo anaranjado, siempre suelto (sólo se lo recoge para educación física) y esa cara, con esos ojos azulados, de cejas finas. Cualquiera que me viera ahora mismo diría que soy imbécil.
Mis amigos me repiten constantemente que deje de pensar en ella, que está loca y perdida en la vida pero yo no lo veo así, simplemente creo que lo único que quiere es vivir su vida sin ataduras, sin problemas, libre. Es una pena que no pueda compartir ese estilo de vida con ella.

-¡Ryan!- exclamó Jessie corriendo hacia mi, con cara de preocupación- dime por favor que has hecho el comentario de texto que teníamos que entregar hoy en lengua.

-¿Enserio crees que he hecho algo este fin de semana?- ironicé haciendo alarde de mi poco interés en la asignatura, aunque si hubiera sabido que me lo iba a pedir habría hecho el mejor comentario de texto de mi vida.

- Ryan por Dios, eres el maldito mejor escritor de la clase. Escribes tres palabras y haces que parezcan la mejor historia jamás escrita, ¿y no puedes tomar diez minutos para hacer unos deberes de lengua?

Tiene razón, de pequeño escribía mucho y también me gusta leer, aunque no lo parezca. La gente suele relacionar personas con devoción por la lectura con inteligencia. Yo por desgracia sólo tengo de lo primero.

- Ya, pero el último libro de Annabel Pitcher me llamaba para que lo leyera-bromeé. Jessie puso cara de fastidio a la par que los ojos en blanco. Esta vez creo que si que se ha enfadado.

- Vamos a clase, me encantará saber que excusa pones para decirle al profesor que no has hecho las tareas.- dijo mientras caminaba varios pasos por delante de mi- No le va a hacer gracia, deberías saberlo.

- Tu me acabas de preguntar por mis tareas así que supongo que tampoco las has hecho.

- Supones bien -afirmó mientras reía. Esa risa. Me gustaría embotellarla y dejarla en la estantería de mi habitación en la que tengo tres de las multiples figuras oficiales de El Señor de los Anillos. Su risa merece estar entre reliquias.

- ¿Entonces que piensas inventar tú?- pregunté acelerando el paso para ponerme a su altura, llegábamos tarde y ella nunca llega tarde, iba muy deprisa.

- Me gustaría decir que me he pasado toda la media hora antes de entrar a clase esperando a mi mejor amigo para que me dejara las tareas y copiarlas haciendo uso de algo de inventiva, cosa que no he podido hacer por que es tan vago que ha pasado de hacerlo así que diré que era muy difícil y que no sabía.

"Mi mejor amigo". Ese es el problema, que soy su mejor amigo; su tumba de secretos, su hombro para llorar.

Ya en clase nos sentamos en la mesas correspondientes. Ella se sentaba en prácticamente todas con Tania, su mejor amiga de origen Ruso. Creo que llevan siendo amigas desde que tengo uso de razón, tan inseparables como mi amor por ella.
Yo por el contrario me siento solo, en clase prefiero estar solo. Nadie me pide bolígrafos, tippex o tareas. Y siempre al lado de la ventana, hay que disfrutar de las buenas vistas para no aburrirse en clase.

-Eh,eh... ¡Ryan!- exclamó Jamie desde la mesa de delante en voz baja para no ser oído por el profesor - ¿Qué tal con Jessie? Vi que hablábais antes.

Jamie es uno de mis mejores amigos y hasta ahora el único que me apoya en mi situación con Jessie. Siempre tan preguntón e insistente. Mide casi un metro noventa, lleva toda su vida jugando al baloncesto, Al igual que yo, pero yo apenas llego al metro ochenta. La genética supongo.

-Sólo quería saber si había hecho las tareas de lengua.

- ¿Había tareas? Joder... -se lamentó Jamie llevándose la mano a la frente. Su testarudez a la hora de preguntar se complementa con su memoria de pez.

***

Hola chicos, con este primer capítulo damos por empezada nuestra primera historia conjunta.
Hemos querido presentar un poco a ciertos personajes de la trama pero no preocuparse que habrá más y mejor.
Querríamos saber si os va gustando la historia. Lectores fantasma no please 😂

También deciros que ambas carecemos de un correcto internet por lo que procuraremos que los capítulos sean lo más amplios posible para compensar el tiempo que podamos pasar sin subir (todo depende de vosotros también, más estrellitas por favor 😂).

Hasta aquí el primer capítulo, nos leeremos en el siguiente. Chau.

Todo lo hago por ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora