Capítulo IV

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Narrador omnisciente

Yana se encontraba triste por culpa de aquel gato que adopto meses atrás, por culpa de él no puede invitar a sus amigos a casa y no puede tener novio; es como si el gato quisiera toda su atención, pues ha hecho miles de cosas que demuestra que es así. La chica no sabe qué hacer, abandonarle sería algo en vano ya que igualmente regresaría, lo que más le extrañaba en cómo fue que volvió y junto aquel oso de peluche que no era para nada pequeño, por más que lo pensaba le resultaba ilógico que un simple gato lo cargara, desde ahí comenzó a sospechar más de la rareza del gato y aún más cuando aquel cachorro se encontraba herido, Yana estaba segura de que el gato fue quien le hirió y aunque le dijeran lo contrario, nada le hacía cambiar de parecer, entonces concluyo por sí misma, que el gato era tal vez un demonio.

La chica en algo acertaba, porque a las 3 de la mañana, durante la hora muerta, él gato tomaba la forma de un chico delgado, piel pálida, cabellos lilas, ojos lilas y prominentes caninos. Él solo tenía esa forma durante una hora porque al marcar las cuatro en punto regresaba a ser un gato.

El al estar convertido o mejor dicho al tener su verdadera apariencia, algo le jugo en contra, justo en ese momento. Yana se levantó y quedo estupefacta al ver al chico completamente desnudo en su habitación, que de inmediato se cubre los ojos. En cambio el chico se encontraba igual de nervioso, trataba de cubrirse el cuerpo con la cobija que dormía.

-Haaaaaaaaa-Grito la fémina cubriéndose los ojos.

-¡Callate o despertaras a tu abuela! - Le exigió a la chica.

La chica intenta calmarse, pero no lo logra, no es algo normal, que cuando despiertas en la noche para ir al baño y te encuentras casualmente con un chico desnudo en tu habitación. Yana no sabía qué hacer, se encontraba temblando, tenía miedo de que ese chico fuera un pervertido y le quisiera hacer daño. Pero había algo que no calzaba ¿Cómo es que entro a su habitación?

-Ya puedes abrir los ojos, humana- Dijo el chico, quien se cubre completamente con la cobija, pues era vergonzoso para él, que le vean así.

Yana se descubre los ojos y mira al chico entre enojada y curiosa, pues necesitaba una explicación ahora.

-¿Cómo fue que entraste? Mejor dicho ¿Qué haces aquí?

-Soy Algodón de azúcar, que nombre más ridículo me has puesto-Dice con desagrado.

-¡Mientes! ¡Solo eres un pervertido enviado por satán!

-¿Qué? Yo no soy ningún pervertido humana tonta, de verdad soy ese gato, si no me crees pues velo con tus propios ojos- Le da una mirada que la hace intimidar- Solo faltan 3 minutos para que vuelva a ser un gato, pero es el tiempo suficiente para aclararte algunas cosas humana.

-¿Qué quieres aclarar?

-No me sigas llamando Algodón de azúcar porque tengo un nombre ¿sabes? Me llamo Kanato. Me convierto en gato por culpa de una maldición que me hecho una bruja.

-Entonces eres humano.

-No saques conclusiones antes de tiempo, yo no soy humano, no me ofendas.

-¿Entonces?

-Soy un vampiro.

-Ya veo, ¿sabes chico? estás loco.

-¡¿Quién te crees para decirme que estoy loco?! ¡Tú no tienes ningún derecho humana tonta, en hablarme tan confiadamente!-Grita furioso acercándose a la chica, para apretar con fuerza una de sus muñecas.

-Duele, ya suéltame- Suplico Yana.

-Jajajaja, Nee Teddy ¿Ella está pidiendo que la suelte?- Le habla al oso, que cargaba en un de sus brazos.

-¡Por favor, me lastimas!- Se queja entre lágrimas.

-Nee Teddy ¿Tu también crees que huele delicioso? - La chica le miro confundida- ¿Quieres confirmarlo ahora?- Dice sonriente, regalándole una mirada psicópata y mostrando sus prominentes canino, se acerca a su cuello y lo lame- Que bien sabe tu piel, ya me imagino como debe ser tu sangre- La muerde sin previo aviso, comenzando a beber aquel liquido carmesí de aquella chica, quien se quejaba de un agudo dolor.

Marcaron la cuatro y el regresa a ser un gato, su descontento se hacía notar ya que regañaba al no poder beber más sangre, solo podía lamer la sangre proveniente de las recientes heridas. Yana por otro lado no sabía cómo reaccionar, ese gato realmente era un vampiro, ahora entendió la tanta rareza del gato, de cómo regreso y como hirió aquel cachorro. Pero aún le quedaba una duda, el porque le hacia la vida imposible.

La abuela, entro a la habitación por todo aquel ruido, pero al entrar solo encontró a Yana con el gato en brazos, pues el gato era astuto ya que la sintió desde lejos y dejo de morder a la chica.

-¿Qué fue todo ese ruido?

-Nada abuelita, solo veía un video que me envió Rina, es de terror y por eso grite, me asusté mucho.

-¿A estas horas?- Dijo molesta.

-Es que fui al baño y no pude volver a dormir, me cuesta- Se excusó la chica, mientras acariciaba al "gato" para aparentar.

- ¿Qué pasa con tu cuello? Sangra- Dijo mirando preocupada aquella zona.

-Algodón de azúcar fue, pero es normal, después de todo lo aplaste, bueno el también tiene la culpa en ganarse tan cerca de mi cuando duermo, cuando soy muy desordenada al dormir.

-Cúrate y regresa a la cama, para que no te quedes dormida.

-Pero es sábado, no hay escuela.

-Vuelve de todas maneras, no son horas de estar despierta-Le exigió para luego salir de la habitación.

Yana aun seguía impactada, baja a al "gato", para regresar a la cama, esto era demasiado para ella, le costaba creer que el felino no lo era realmente.

Narra Yana

Despierto y ya era de mañana, por lo menos es sábado. Aun no puedo creer que Algodón de azúcar realmente no es un gato, creía que solo había soñado aquello, pero al ir al baño y mirarme al espejo, confirmo que todo lo que vi es real.

Kanato es el nombre del joven que se convierte en gato, según él dice que se trata de una maldición que le hecho una bruja, ¿Pero que habrá hecho, para que le hayan hecho eso?, no sé y si quiero resolver mis dudas, debo arriesgarme a preguntarle a las 3 de la mañana cuando retoma su verdadera forma. También voy a preguntarle por su actitud.

Observo al gato y no sé si llamarle por su verdadero nombre, mi abuela se extrañaría mucho a demás, al escucharme llamarle por "Kanato" y no por "Algodón de azúcar", sé que es un nombre ridículo, pero no me importa es lo mínimo que se merece por haberme hecho la vida imposible y herirme tan seguidamente. ¡Ya estoy harta de ese gato diabólico! O mejor dicho... ¡Estoy harta de ese chico diabólico, convertido en gato!

-¡Hey Algodón de azúcar!

El "gato" maullaba extraño como si quisiera regañarme, claro debo tener cuidado no dudo que cuando se moleste aún más, se me lance.

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Que mal escribo ya lo se😭

El Gato Diabólico - K.S /Diabolik Lovers/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora